Leonard Cohen: a la vejez, viruelas

El cantante publicará el 23 de septiembre por sorpresa du disco 'Popular problems'.

Leonard Cohen
Leonard Cohen: a la vejez, viruelas
EFE

Casi 80 años atesora unas de las leyendas vivas de la música internacional, Leonard Cohen, edad a la que muchos hombres llegan sumidos en el retiro y otros muchos ni siquiera alcanzan. No es el caso del canadiense, que manifiesta una creatividad pasmosa es un nuevo álbum que no tiene nada de trámite.


'Popular problems' (Sony Music) es la colosal sorpresa con la que el autor de la inmortal 'Suzanne', en un giro del protocolo cumpleañero, premiará a su público el próximo 23 de septiembre, dos días después de alcanzar las ocho décadas de existencia.


Llegará tras una confirmación relativamente reciente y casi inesperada, pues se desconocía que estuviera trabajando en un nuevo álbum, hasta que lo anunció este verano el responsable de la fiable y conocida página de internet Leonard Cohen Files, con la que a menudo ha colaborado el artista.


Su lanzamiento, dos años después de 'Old ideas' (2012), que ya fue recibido como un regalo y probable última pieza de su legado musical, refleja el gran estado de salud física y mental que atesora Cohen pese a su edad, como se hizo patente en su última gira, con veladas antológicas de más de tres horas de duración.


Hay que remontarse a 2004 y 'Dear Heather' para encontrar otro disco de estudio en su producción. Las circunstancias que le han rodeado en los últimos años son peculiares y explican este renacimiento musical.


Es de sobra conocido que su retorno a los escenarios vino precedido por la bancarrota en la que le sumió la negligente gestión de su exrepresentante y amiga Kelley Lynch, que en secreto y durante largo tiempo desvió dinero a sus propias cuentas y que en 1996 había comenzado a vender los derechos de autor de Cohen sin su conocimiento.


Es también de dominio público que el carácter taciturno del autor derivó varias veces a lo largo de su vida en períodos más o menos largos de depresión, una lacra de la que se libró a fuerza de sumirse en la filosofía zen en los últimos tiempos.


Según ha declarado el propio artista, fue a sus setenta y tantos cuando, enfilando ya 'el camino de vuelta a casa' y sumido de nuevo en el trabajo, se dio cuenta de que no tenía mucho tiempo que perder.


"No tengo ansias de retiro", declararía en otra entrevista posterior, dando pruebas de que el viejo poeta de voz cavernosa aún tiene mucho que rasgar.


El disco 'Popular problems' revela ese estado de ánimo y disposición a lo largo de nueve canciones producidas por Patrick Leonard, colaborador de artistas muy diversos como Madonna ('Like a prayer', 'Frozen') o Roger Waters ('Amused to death'), con el que ya había trabajado como músico y coautor en varios temas de 'Old ideas'.


"A la vejez, viruelas", debió pensar Cohen, que echa mano de esa capacidad suya para la sugerencia amorosa y sexual en el corte inicial, 'Slow', arropado por el coro femenino que le escolta a lo largo de todo el álbum.


"I'm slowing down the tune, I never liked it fast, you wanna get this soon, I wanna get the last, it's not because I'm old, (...) I always liked it slow, that what my mamma said", canta. De forma resumida, algo así como: 'No es porque sea viejo, siempre me gustó despacio, eso es lo que decía mi mamá'.


El primer sencillo, 'Almost like the blues', es puro Cohen también, inscrito en esas coordenadas musicales del título, con una mirada a la marginalidad y la religión que se repite en el emotivo corte siguiente, 'Samson in New Orleans', con una bella línea de violín.


Con 'Did I ever love you' retorna el amante granuja a lomos de una prosa irónica y un folk trotón que irrumpe de improviso en la narración, mientras que 'My oh my' devuelve el disco a la senda del 'blues', con un pequeño impulso de metales y un gran empujón de esa voz que suena tan expresiva como en sus mejores momentos.


Se cuelan en el repertorio al menos dos piezas interpretadas en viejas actuaciones y que se quedaron fuera de 'Old ideas': 'A street', un relato de amistad y traición, del fin de la inocencia en definitiva, recitado en 2006, y 'Born in chains', un canto de querencia góspel, prácticamente navideño, estrenado en 2010.


'Nevermind' permite comprobar una vez más que su garganta mantiene intacta la sensualidad. Como decía Anna Calvi de Marianne Faithfull, Cohen podría cantar recitando una lista de la compra 'y todavía sería increíble'. Y como no todo es recitar, al final del todo eleva lo justo la voz para cantar suavecito al amor en 'You got me singing'.


Parece que no habrá gira en 2014 y ni siquiera se sabe si en algún momento habrá una gira para presentar en vivo este material, pero su sola publicación es un regalo con el que el premio príncipe de las letras 2011 muestra una vez más su grandeza.