Premio Nacional de Periodismo Cultural 2013

"Mi pasión ha sido y es contar. Y dejar que los demás cuenten"

El periodista de HERALDO DE ARAGÓN ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Cultural.

El escritor y periodista Antón Castro
El escritor y periodista Antón Castro, Premio Nacional de Periodismo Cultural 2013
ALOMA RODRIGUEZ

El periodista y escritor Antón Castro (La Coruña, 1959) ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Cultural, el cual reconoce su labor para impulsar y difundir la cultura a través de su trabajo en HERALDO y en televisión. Escritor incansable, confiesa que el premio le ha pillado trabajando.

¿Cómo se recibe un premio así? ¿Cómo le ha pillado?

Estaba trabajando en una entrevista con Llucia Ramis y me he quedado, perplejo e incrédulo, temblando. No me lo podía creer. Me han dado una inmensa e inesperada alegría.


Según la descripción del premio: Con él se reconoce a aquellos profesionales de la información que con sus obras, o bien a través de su participación activa en diversos ámbitos de la creación artística o literaria, contribuyen al enriquecimiento del patrimonio cultural de España. Se le acusa de muchas cosas.

Lo que me ha caracterizado todos estos años son el entusiasmo y la curiosidad, la pasión por la cultura, las ganas de entender las cosas y el respeto a los creadores. Acepto con gusto esas acusaciones. Y quizá también que me ha gustado mucho trabajar.


Cómo se difunde la cultura en un tiempo en el que cada vez se venden menos libros, suplementos, revistas...

De entrada se hace lo que se puede. Los tiempos están cambiando con las nuevas tecnologías. Hemos pasado por diversos periodos: en los inicios de la Transición teníamos una gran sed de cultura, en todas sus ramas, luego ese estado se consolidó. Y ahora parece que estemos en un momento de incertidumbre. La cultura, en crisis constante como el teatro, también tiene una mala salud de hierro. Es necesaria, imprescindible, nos alimenta y nos estimula, y siempre está ahí como una promesa de conocimiento y de placer. A veces puede ser tan estimulante –una exposición, una pieza teatral, un libro, un espectáculo de humor, un ensayo histórico, un paseo por la arquitectura de las ciudades- que la elongación de Bale, pongamos por caso.


El jurado ha valorado su trabajo en blogs y redes sociales... ¿Cree que por ahí puede ir el camino?

Estamos en un momento de cambio, desde luego. El periodismo digital y las redes sociales nos envuelven con su velocidad de vértigo, nos arrollan y nos ofrecen un mundo casi incontenible, donde la realidad virtual y la realidad física se mueven a la velocidad de la luz, pero yo sigo amando el papel también: me encanta abrir los periódicos todos los días. Consumo todos los que puedo. Con los periódicos, como bien saben en mi casa, tengo el síndrome de Diógenes. Eso sí, internet es una herramienta increíble, maravillosa, de infinitas posibilidades. Y en ese sentido es uno de los caminos del porvenir. Es el porvenir que ya ha llegado.


Y en la televisión... ¿Cómo se defiende la cultura en la llamada 'caja tonta'?

Con profesionalidad, con rigor, con pasión, con entusiasmo. Sin volverse locos y sin gritos. Sin ser reaccionaria. La televisión es un instrumento maravilloso: yo he disfrutado mucho con los técnicos de sonido, con los operadores de cámara, con la realización, con la infografía, con la edición y por supuesto con los invitados, en el plató y fuera. He aprendido mucho. Y aprendo a diario. La televisión ha sido una estupenda escuela para transmitir cultura a distintos ritmos. La experiencia de ‘El paseo’, en RTVA, y en ‘Borradores’, en CARTV, es inolvidable.


Publica una media de dos libros al año además de todo su trabajo en HERALDO. ¿De este premio tiene más culpa el escritor o el periodista?

Sospecho que el periodista, aunque no puedo separar al uno del otro: los dos trabajan con la misma materia, la palabra. Y me alegra: es un premio compartido con muchísima gente. Con los compañeros, con los directores que han confiado en mí durante casi 25 años, con los creadores, con los lectores y espectadores. Siento que es un premio coral que ha recaído sobre mi nombre. Y que me ha hecho pensar en un gran periodista cultural que tenía el periódico y la redacción en su casa y en su cabeza: Félix Romeo. Con él he caminado durante 25 años. Yo y muchos más. Él, sin decirlo, padecía la enfermedad de la cultura y la curiosidad.


Después de más de veinte años escribiendo literatura y periodismo al mismo tiempo, su obra como mínimo se debe calificar de prolífica. ¿Existe un equilibrio entre el ritmo frenético del periodismo y el de la literatura? ¿Necesita cambiar el 'chip'? ¿O a fin de cuentas todo se basa en lo mismo?

Yo escribo con idéntico ritmo periodismo y literatura. Soy una persona intuitiva ante el folio en blanco; la diferencia, al margen de la relación entre invención y realidad, es que la literatura tiene otro ritmo de repaso, de corrección, puede ser más reflexiva, pero en mi caso literatura y periodismo se han amasado una y otra vez, se han entreverado gozosamente. Mi pasión ha sido y es contar. Y dejar que los demás cuenten.