Antílope León: "Los humanos pasamos el tiempo muriendo y renaciendo"

El antiguo vocalista de Volador, también hostelero y chef, ha sacado su primer álbum cuando el azar en forma de botella lanzada al mar ha determinado: se llama ‘Primavera-verano-otoño-infierno’.

Antílope León saca su debut discográfico en solitario
Antílope León saca su debut discográfico en solitario
Juan Pérez- Fajardo.

Casi un lustro de espera con el disco hecho... ¿por qué es ahora el momento adecuado?

Los músicos no lo tenemos tan fácil como parece para conseguir llegar a la gente. Sí, con las redes se abarca el mundo entero, pero... ¿cómo hago que alguien escriba Antílope León en la otra punta del mundo, o en la otra punta de España? Antes salías en prensa, radio o televisión y era la fórmula más directa, la gente elegía entre lo que les llegaba. Los medios tradicionales siguen siendo un gran apoyo, pero ya no hay fórmulas concretas. La industria convencional se iba muriendo y opté por una formula romántica; grabar el disco, meterlo una sola copia en una botella, tirarla al mar y si alguien la recibía, lo oía y me escribía, sacaría el disco.

Así que pudo no haber salido. Un remolino, una roca afilada, un receptor sin internet disponible...

Si no llegaba a nadie, no saldría. Pasó cuatro años y tres meses recorriendo el océano; a finales de octubre de este año me llegó un correo electrónico de un chaval llamado Gabriel José, que vive en el Yucatán y la había encontrado poco antes; me decía que ya podía sacar el disco. Ahí encontré el sentido de este proyecto; le había llegado a alguien, ya tenía mi respuesta.

Tras diez años con Volador y este bucólico ‘impasse’, ¿qué busca con su nuevo disco?

Esos diez años trajeron cosas buenas y menos buenas, en una banda se comparte todo. Este disco es un traje musical nuevo, porque se abre otro universo, de una ruptura se renace. Tenía canciones ya listas y otras que fueron surgiendo, y comencé a mezclar ingredientes con Emilio Larruga y Noelia Gracia para ir hilvanando las canciones. Luego se sumó más gente, músicos como Nacho Estévez, y grabamos. Tuvimos la ocasión de presentarnos ante el público como teloneros de Sinead O’Connor en la Multiusos, un escenario que impone; fue toda una puesta de largo, guardo un buen recuerdo de aquel día. ¿El futuro? Ahora no me marco metas concretas, voy a compatibilizar lo que ocurra con este disco con todo lo que tengo en mi vida, ni siquiera lo vamos a presentar formalmente con un concierto, haremos los que surjan. Me basta con llegar a la gente que quiera acercarse a estas canciones.

Por aquello de mirar hacia atrás sin ira, ¿con qué se queda de la anterior etapa?

Con la música, con las vivencias... estar en Volador fue divertido, éramos mucho más jóvenes y vivimos grandes cosas, te pasabas el tiempo descubriéndolo todo. Recuerdo la ilusión de la primera gira nacional, tocar en Galicia, en Cataluña, los bolos en Madrid; el viaje al 93 Feet East de Londres con varios artistas más, con Rafa Angulo e Iván Jiménez… son muchas cosas.

Las canciones del disco se disponen de manera estacional, y hay una parada inquietante.

Ya, lo de infierno... bueno, esas tres canciones son las más oscuras, pero también uso esa palabra para romper, como llamada de atención. Son doce temas, cada uno corresponde a un mes y se reparten por las cuatro estaciones. Supongo que definen ese tránsito entre el final de mi anterior proyecto y lo nuevo; es un poco como el ciclo de la vida, los humanos pasamos el tiempo muriendo y renaciendo, desechando cosas y aprendiendo de cada paso. Los pasajes negativos tienen que ver con circunstancias, como los problemas de la salud de mi hija Aura, a la que dedico el disco. Luego hay temas de verano como ‘Seres de luz’, que aluden a la fuerza que nos guía, a todo aquello que nos hace elegir en el camino. Parece que dentro de cada uno de nosotros vive mucha gente, somos multitud. En la primavera, por ejemplo, te encuentras ‘Espíritu del desierto’, en otoño aparece ‘La luna de volver a empezar’ y en ese infierno al que alude el título está ‘Por los que aman, por los que arden’. Así hasta doce pedazos de un todo, que he sacado de adentro con el apoyo de Emilio, Noelia y varios amigos; Aura y su mamá Ericka me acompañan en la ruta.

La imagen de Antílope León, Óscar Vicente en el DNI, está asociada a la hostelería zaragozana.

Sí, tengo mi bagaje como chef, y la hostelería me encanta, es el día a día, también me interesa la decoración y, en general, todo lo que tiene que ver con la creatividad, con la búsqueda de formas originales a la hora de afrontar proyectos. Cuando la gente viene al Poeta Eléctrico o al Vivalavida trato de que salgan un poco más felices, que se tomen algo, bailen y disfruten de la buena música, de un buen ambiente; lo mismo con el restaurante y bar Mandanga de la Buena, que volverá a abrir en breve, o con la Azotea de las Estrellas en el Pablo Serrano, proyecto de Aragón Musical, Quema y la DGA en el que pude participar; espero que vuelva pronto. Bueno, y ahora llegará Aloha People Club, un nueva idea: ya os contaré...

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión