María Rey: "Los acuerdos políticos son el futuro de España"

Primer capítulo de su libro: ‘Todo comenzó en Sol’.

La Puerta del Sol es muy representativa de lo que percibimos como el malestar ciudadano frente a la política. Todos piensan que me refiero al 15-M, pero en realidad cuando yo me di cuenta de que en el Congreso se estaban equivocando fue antes, cuando vino la madre de una víctima del 11-M y les sacó a todos los colores por estar debatiendo sobre política y no sobre el drama que ellos habían vivido. Porque antes de organizarse y nombrar a una portavoz, los afectados se reunían en Sol para reclamar justicia. Y ahí fue donde arrancaron otros movimientos.

Segundo capítulo: ‘Y se consolidó en Sol’.

Eso sí es el 15-M. De allí partieron las pancartas del ‘No nos representan’, sin duda lo que más me impactó como periodista. Estar en la puerta del Congreso y ver a tanta gente gritando consignas como esa... Pensé: «Esto es un fracaso».

Protestar era algo extrañísimo en la política española.

Todos nos habíamos acomodado a la democracia, la época más positiva de la economía, de la sociedad... Pero había un malestar que se fue alimentando, y que explotó. Muchos diputados no tenían esa sensación de fracaso; otros sí, me consta. Muchos pensaban que era algo pasajero, consecuencia de la crisis, pero allí se estaba gestando algo más, y luego lo vimos.

¿Cuándo situaría el divorcio formal entre la clase política y los ciudadanos?

No hay un momento concreto; como en todos los matrimonios, fue una cuestión de distanciamiento progresivo, de que uno deja de cuidar al otro. También el ciudadano empezó a pensar que no tenía por qué participar en la vida pública porque para eso ya estaba el Estado, y los representantes públicos consideraron que ellos se examinaban cada cuatro años y con eso era suficiente. Pero no lo es. Nos fuimos acomodando y distanciando, y cuando llegaron los problemas de verdad, cuando llegó la crisis, nos dimos cuenta de lo alejados que estábamos.

Entró savia nueva al Congreso. Pero dos años después, la última encuesta del CIS revela que Podemos, exponente del 15-M, es el que más cae en las encuestas. ¿Se ha nublado el sol?

Lo que el CIS refleja es la normalización de la vida política, de los nuevos partidos. Se cumple lo que les avanzó José Luis Rodríguez Zapatero a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en aquella cena tan polémica en casa de José Bono. «Pablo, te cambiará más la política que tú a ella». La vida política no es tan sencilla como tú la planificas en una asamblea, desgasta a todos. Pero no creo que los nuevos partidos hayan llegado de forma efímera, están aquí para quedarse.

¿El bipartidismo ha muerto?

No creo que lo volvamos a ver. Vamos a trabajar con un sistema de partidos más variado donde tendremos que acostumbrarnos a pactar entre partidos grandes, pequeños, regionales, minoritarios... Es el futuro de España.

Habla de negociar. ¿Es lo que hay que hacer en Cataluña?

A esto me refiero con el fracaso de la política. A cuando no consigue sus objetivos porque no mantiene el vínculo con sus representados, porque no cumple lo que promete, porque promete lo que no puede cumplir... Cuando la base de la política, que es la negociación, el respeto, se pierden, llega el caos. El fracaso de la política con mayúsculas, de la gente generosa, inteligente, responsable y con la mentalidad de que su labor trasciende al periódico del día siguiente, que sus decisiones van a afectar a los que vengan detrás. Cuando los políticos pierden esa percepción de trascendencia toman decisiones que llevan a situaciones caóticas.