La azarosa vida del aragonés Marcelino Orbés, el mejor payaso del mundo

El periodista de HERALDO Mariano García narra la vida del jaqués que triunfó en los escenarios de Londres y Nueva York a inicios del siglo pasado.

Payaso Marcelino 4
Payaso Marcelino 4

¿Qué honda pena llevó al que fue el mejor payaso del mundo, capaz de hacer reír a millones de personas, a poner fin a su vida pegándose un tiro en una fría habitación de hotel? ¿Por qué Isidro Marcelino Orbés Casanova (Jaca, 1873- Nueva York, 1927), un ‘clown’ reconocido a nivel mundial, apenas dejó huella en Aragón, su tierra? Decenas de incógnitas rodean la azarosa vida del payaso Marcelino, claroscuros que el periodista de HERALDO DE ARAGÓN Mariano García Cantanero ha intentado desentrañar y que detalla en su libro ‘Marcelino. El mejor payaso del mundo’, de Mira Editores. “Tuvo una faceta pública, de un éxito tan descomunal como quizá no lo haya tenido otro artista de su tipo en el siglo XX; y otra, privada, no tan deslumbrante. Fue un hombre inteligente, que seguramente se sintió muy solo en varias fases de su vida, y que quizá no supo relacionarse bien con el mundo que le rodeaba”, explica. Y así, después de rozar el cielo al alcanzar enorme fama, y tras varias inversiones económicas fallidas, inició un descenso vertiginoso que le hizo acabar solo y arruinado, hasta el punto de que en sus últimos días empeñó su último bien, un alfiler de corbata, y seguramente empleó el dinero recibido para comprarse el revólver con el que se quitó la vida.

‘Marcelino. El mejor payaso del mundo’ es el resultado de un trabajo periodístico que nació de la serie de reportajes que publicó HERALDO hace más de una década y en la que se revelaba el origen aragonés del ‘clown’. El libro recorre los inicios del payaso jaqués en el circo tradicional, su paso por las mejores carpas de la época: el Alegría, en España; el Lockhart, en Francia; el Carré, en Holanda; y el Hengler, en el Reino Unido, hasta dar el salto a los teatros. Triunfó entre 1900 y 1905 en el Hippodrome de Londres, donde coincidió con Chaplin, y posteriormente en el Hippodrome de Nueva York. Allí, en el mayor teatro del mundo, llegó a actuar ante casi 250.000 personas al mes, destacando por encima de cualquier otro artista. A su muerte el olvido cayó sobre él, e incluso se ignoraba su lugar de nacimiento. El ídolo de miles de niños, el ‘clown’ admirado por estrellas cinematográficas como Buster Keaton o Charles Chaplin, al que pudo inspirar, según dicen, su gag del bastón, era un océano de incógnitas. De hecho, como explica Mariano García, no fue sencillo confirmar su procedencia.

El periodista de HERALDO recurrió a los archivos de la Isla de Ellis, la aduana por la que doce millones de pasajeros llegaron a Estados Unidos a través del puerto de Nueva York, para lograr la primera pista fidedigna. La siguiente la encontró en el Registro Civil de Jaca, donde había quedado constancia de que Isidro Marcelino Orbés Casanova nació el 15 de mayo 1873 en la calle de Castelar 13, en el seno de una familia humilde; tanto, que su padre, que trabajaba como peón caminero, ni siquiera sabía escribir su nombre cuando fue a inscribir al niño en el Registro Civil.

Y con la confirmación de que el genial payaso Marcelino era, en efecto, aragonés, Mariano García tiró del hilo hasta tejer una historia completa que está llena de sorpresas, datos curiosos, anécdotas e incluso misterios. Es un intenso trabajo del que no se ha escrito aún su último capítulo. “En este 2017 se cumplen 90 años de su muerte, y tanto el Ayuntamiento de Jaca como la Diputación de Huesca han emprendido, con muy buen criterio, un programa cultural que recupera la figura del ‘clown’ –asegura-. Con el libro he intentado poner mi granito de arena para que se conozca mejor su figura, pero todavía hay muchos misterios sin resolver, y también he podido cometer errores de interpretación. Futuras investigaciones aportarán aún más luz a una figura que merece estar en el olimpo de los grandes artistas escénicos españoles del siglo XX”. Con todo, se siente “orgulloso” del trabajo realizado, porque es también un "homenaje al periodismo de toda la vida. El libro se basa en la información obtenida en más de medio millar de artículos de prensa, española, francesa, inglesa y norteamericana, en los que se habló del ‘clown’ aragonés”. ’Marcelino, el mejor payaso del mundo’ quiere ayudar a que en Aragón se conozca, y reconozca, la figura de uno de sus hijos ilustres. El libro se presenta esta tarde en el IAACC Pablo Serrano, a las 19.30 horas.

La azarosa vida del aragonés Marcelino Orbés, el mejor payaso del mundo

De acróbata a payaso

Son varias las teorías que relatan los inicios artísticos de Marcelino Orbés en el circo, si bien parece fiable la que fija sus inicios en el Circo Alegría como acróbata puro, antes de ser payaso acrobático. A finales del siglo XIX llegó a Gran Bretaña, donde fue fuente de innumerables anécdotas. Los periódicos de la época contaron, por ejemplo, que enamoró sin quererlo a una princesa india, que intentó conquistarlo enviándole a diario diamantes y piedras preciosas. Como ‘clown’ estrella del Hippodrome de Londres, el más popular de la época, se convirtió en ídolo de los niños. Actuó en la pantomima ‘La Cenicienta’ con Charles Chaplin, que en sus memorias relata su experiencia: “Yo era un gato (corría 1900, tenía once años) y Marcelino, corriendo como un perro, caía sobre mis espaldas mientras yo bebía leche. (Marcelino) se quejaba de que yo no arqueaba la espalda lo suficiente para suavizar su caída”. Se dice, incluso, que el personaje de Charlot se inspiró en el payaso Marcelino para adoptar su bastón. También compartió escenario con Houdini. Su marcha a Nueva York causó una gran tristeza entre los niños británicos, como reflejó la prensa de la época con un unánime: “Marcelino no te vayas”.

La azarosa vida del aragonés Marcelino Orbés, el mejor payaso del mundo

‘Clown’ estrella del Hippodrome de Nueva York

En Nueva York su fama no dejó de crecer, y Marcelino Orbés fue uno de los personajes más famosos de la época. Entre 1905 y 1912 los neoyorquinos no decían “esta noche me voy al Hippodrome, sino “esta noche me voy a ver a Marcelino”. Más de 250.000 personas al mes disfrutaban de su espectáculo. “Las nuevas formas de entretenimiento, especialmente el cine, empezaron a hacer daño a miles de teatros, que se vieron obligados a cerrar sus puertas para siempre”, explica Mariano García, y la estrella de Marcelino empezaba a apagarse.

La azarosa vida del aragonés Marcelino Orbés, el mejor payaso del mundo

El ocaso del mejor payaso del mundo

El contrato de por vida en el Hippodrome, a razón de mil dólares a la semana, que la prensa de la época aireó, en realidad no llegó a existir. Marcelino se embarcó en inversiones económicas que dieron al traste con su fortuna. En 1925 se separó de su segunda mujer y, poco a poco, los teatros dejaron de contratarle. Hasta que en 1927, solo en el mundo y arruinado, se acabó suicidando. Apenas ochenta y cuatro personas asistieron al entierro del mejor payaso del mundo en el cementerio de Kensico, en la triste despedida al ‘clown’ aragonés que arrancó millones de sonrisas.

Lea la historia del Payaso Marcelino tal y como la contó Heraldo en 2004

- Historia de un clown I

- Historia de un clown II

- Historia de un clown III

- Historia de un clown IV

- Historia de un clown V

- Historia de un clown VI

- Historia de un clown VII

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión