Kristen Stewart: "Cuando te equivocas ocurren cosas interesantes"

'Personal Shopper' es el retrato de una esclava moderna dedicada a trabajar para ese 1% de los megarricos capitalistas. Kristen Stewart (Los Ángeles, 1990) se pasea por las mejores tiendas del mundo y compra artículos que no son para ella, sino para su jefa, que, además de maltratarla, le paga tarde y mal, cuando lo hace. Atrapada por los fantasmas del pasado, por los íntimos deseos de rebelarse ante la sumisión, aparece una Kristen Stewart incontestable en la cinta más provocadora de su carrera, firmada por el siempre genial Olivier Assayas. Atrás deja la actriz su incómodo pasado incómodo, entre cuernos y vampiros.

P: ¿Qué sintió rodando 'Personal Shopper'?

R: Esta cinta ha sido como saltar al vacío, nunca había sentido tanto vértigo en mi carrera. No quiero parecer dramática, pero la película casi acabo conmigo. Ahora sé que puedo hacer cualquier cosa. Desde luego me considero responsable de las mujeres que interpreto. Soy bastante rigurosa, me gusta ser justa y mantener mi identidad en cada personaje. Invierto tanta energía en ellos que me parece importante sacar provecho de cada oportunidad.

P: En el filme usted pasa mucho tiempo mandando mensajes por su móvil. ¿Le estresa el teléfono?

R: Muchísimo. Me he dado cuenta que cuando empiezas a escribirle a alguien es perfecto, pero luego lees lo que has escrito y te arrepientes. Eso me estresa.

P: ¿Cómo entiende el argumento de 'Personal Shopper'?

R: La película no es solo la historia de una mujer que trata de conectar con su hermano muerto. Es también una narración sobre el proceso de duelo y cómo actualmente los recuerdos se forjan gracias a la tecnología.

P: ¿Cual es su relación con la muerte?

R: No lo sé. No he tenido muchos amigos que hayan muerto y mi abuela va a cumplir cien años. Mi relación con la muerte ha sido periférica. Las paginas de Facebook se han convertido en lugares donde recordar a las personas que se han ido. Eso me dio la oportunidad de investigar para el personaje.

P: ¿Siente miedo al fracaso?

R: Sí. Me he acostumbrado al miedo. Me siento cómoda dentro del terror que me provoca mi trabajo. Sé que son dos cosas que no deberían ir juntas, pero honestamente cometer errores es bueno porque de ellos aprendes. Cuando te equivocas, ocurren cosas interesantes.

P: ¿Cree que esa filosofía se puede aplicar también a la vida?

R: Es una línea borrosa y cuando no estoy trabajando en una película no dejo de cuestionarme. No tengo respuestas a mis preguntas, tengo que ir poco a poco dando forma a mi vida. Siempre me estoy preguntando cómo convertir cualquier cosa en algo diferente. Intento sacar provecho de mis experiencias. Sé que parece que estoy loca, pero trato de explorar los momentos vividos y utilizarlos en mi trabajo.

P: ¿Qué aprendió en sus años de estrella adolescente?

R: Cuando era joven sentía la presión de etiquetarme, me veía obligada a contestar a la pregunta de quién era yo. Experimentaba una responsabilidad frente a todas aquellas cuestiones sobre mí misma que contestaba sin querer por no parecer miedosa.

P: ¿Habla de su sexualidad?

R: Nada de eso me parece apropiado, así que paso de definirme. No voy a hacerlo, porque no quiero presionar a otras personas. No quiero ser un ejemplo. La naturaleza de la vida es constante y me provoca terror reconocer que no podemos escaparnos de ella.

P: ¿Huye de la imagen de 'Crepúsculo'?

R: Es difícil para mí, no me gusta mirar hacia atrás, ni tampoco hacia el futuro porque nunca sé como me voy a sentir. Trato de vivir en el presente y elijo los personajes según sus cualidades y si tienen algo que ver conmigo en ese momento de mi vida. Ese siempre es mi primer paso a la hora de escoger un personaje. Me entrego en cada papel que represento porque me guío mucho por mis instintos.