Falleció en Barcelona el psiquiatra y pintor Leopoldo Irriguible

El pasado jueves, en su piso de Barcelona, fallecía el pintor y psiquiatra Leopoldo Irriguible Celorrio, que había nacido en Zaragoza en 1946. Como artista se formó en la Escuela de Artes y Oficios, aunque puede definirse como un autodidacta, de gran curiosidad creativa. También realizó estudios, que no acabó, en Filosofía y Letras. Y finalmente obtuvo el título de Medicina, rama de Psiquiatría.


Muy pronto empezó a dedicarse a la pintura y apostó por el informalismo y el uso de arpillera; poco a poco, se deslizaría hacia una geometría poética con elementos de gestualidad e incluso de violencia expresiva.


En 1974 se trasladó a Ibiza y allí se significó de manera especial en la práctica clínica. No tardó en fundar el Patronato de Salud Mental de Ibiza. A la par que desempeñó su inmensa labor, casado con la doctora Peña Lorén, también desplegó una incesante actividad cultural: en su taller, en exposiciones individuales y colectivas, en tertulias, etc. Peña Lorén definía a su exesposo con cariño: "Fernando de Lama lo decía muy bien ayer en el ‘Diario de Ibiza’: quizá fuera un hombre excesivo pero era imposible no quererlo". Peña recordaba ayer la muestra de 1990 en el Espacio Pignatelli de Zaragoza, donde expuso su pintura e instalaciones, bajo el comisariado de Pablo J. Rico. Leopoldo tenía aquí muchos amigos y participó en libros colectivos como ‘El canto del cisne II’.


Culto (asistió en París a los seminarios de Roland Barthes), pintor de carácter intelectual y lírico, regresó a Zaragoza en marzo de 2016 para presentar, con la poeta Elena Peralta, su último proyecto: ‘Cenizas y huellas’, que nació de la observación de las esculturas que se dibujaban en sus ceniceros. Desde su jubilación, el arte era su talismán y la mejor compañía para alguien que quizá fuese un solitario. Un solitario, un melómano y un soñador.

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