El Auserón más trovador y locuaz entusiasma
Por exigencias del guión, de los tiempos que corren y, porque le apetece, Santiago Auserón defendió anoche El viaje.
Por exigencias del guión, de los tiempos que corren y, porque le apetece, Santiago Auserón defendió anoche El viaje (su séptimo álbum) en su casa en solitario. Acompañado solo por su guitarra acústica y a pelo, como lo grabó, entusiasmó a las cerca de medio millar de personas que abarrotaron el Teatro de las Esquinas. Sin aditivos ni trucos de estudio, desplegó toda su magia y sacó su lado más locuaz e interpretativo para introducir cada canción con una historia delirante. Todo un showman al estilo Juan Perro, impecable con traje y camisa blanca.
Diez minutos de cortesía de espera, aparición entre un prolongado aplauso y para arrancar Los inadaptados, el tema homenaje a Marilyn Monroe que abre el disco. "He venido con el cierzo hoy", fue la primera de las muchas alusiones que a lo largo de la velada hizo a Zaragoza. Y bromeó con una escenografía austera (solo algunas proyecciones) a la que el equipo de las Esquinas aportó un cadillac de cartón que aceptó encantado «como un emblema y símbolo temporal».
Luego llegaron Ámbar su particular copla dedicada a una cerveza tan aragonesa y En la frontera, que, dijo, pergeñó en Tijuana junto a su escudero guitarrista Joan Vinyals. Aunque el protagonismo se lo lleva su voz expresiva, Auserón también se lució con guitarreos como en El mirlo del Pruno, uno de sus temas anteriores, que el público jaleó. Y hasta se permitió filosofar desde el pop con Nada, «mi versión del nihilismo contemporáneo». No fue un concierto para nostálgicos pero en el segundo bis se despachó con una versión espectacular de El jardín botánico. Con ella se llegó al éxtasis, que remató con Señora del mar. El punto final a dos horas de una magistral lección de buen oficio.