Esencia de Huesca en estado puro

Decenas de personas acudieron a la plaza de San Lorenzo para ver a los danzantes el día del patrón.

El 10 de agosto está en Huesca unido de forma indisoluble a los danzantes, hombres vestidos con llamativos trajes que cada mañana de este día honran a San Lorenzo con sus bailes. Es una ceremonia casi íntima, entre ellos, el santo y los oscenses, aunque son muchos los visitantes que acuden a la plaza donde está la basílica del patrón de la ciudad para contemplar la estampa que solo se produce una vez al año.


Ayer ocurrió de nuevo. A las 7.30, una hora antes del inicio de la actuación de los danzantes, era imposible encontrar hueco en la primera fila del improvisado anfiteatro que forman los espectadores, unos sentados y otros de pie. Mª Eugenia Gabás, de Huesca, llegó a las 6.40 con una amiga y tuvieron que colocarse en la segunda hilera. "Hacía 26 años que no me sentaba aquí", comentó, recordando cómo se divertían durante la espera. "Toreaban, actuaban, era una juerga... Ahora la gente es más tranquila", señaló.


Tras ella estaban Ana Mª Gimeno y su marido, Víctor Pascual, de la peña Os Casaus. Habían llegado a las 6.50 y ya tuvieron que sentarse en la tercera fila. "Es que ahora los jóvenes se entretienen con el móvil", dijeron señalando hacia una chica que miraba su tablet. También consiguió sentarse Carmen Raso, de la peña Los 30. No era la primera vez que iba a ver a los danzantes a ras de suelo". "Verlos aquí te pone la carne de gallina y eso no se paga con nada", aseguró. Ella es de Juseu (Graus), pero hace 40 años que vive en Huesca.


Como muchos de quienes consiguieron ‘silla’ llevaron cartones y periódicos para contrarrestar el frío y la suciedad del pavimento. Otros habían echado mano de mantas para contrarrestar los 14 grados mañaneros. Poco antes de las 8.00 llegó el primer danzante, que fue recibido con aplausos. Poco a poco fue apareciendo el resto. Los integrantes de las Banda de Música de Huesca, que pone la banda sonora a los bailes, llegaron todos juntos por la calle de San Orencio.


Ya faltaba menos, pero la espera se hacía larga, especialmente para quienes todavía no habían ido a casa a dormir. Celia Calvo llegó a la plaza desde el recinto de las peñas, que cierra a las 7.00. Es de Zaragoza y era la primera vez que iba a ver a los danzantes. Con ella estaba Lucía Rubio, también de la capital aragonesa, Jaime Font y Paula Ballarín, de Huesca. Los jóvenes no dudaran en comparar las fiestas de San Lorenzo con las del Pilar, y empezó el eterno debate. Pero Natalia Bravo y Carolina Cabezas, oscenses de 20 años, lo tenían claro. "Es sentimiento, tradición, emoción, no me puedo quedar sin verlos", aseguró esta última.


A las 8.30 comenzaron los dances. En el primero, ‘Las Espadas’, en el que Jesús Gracia se dañó una pierna y no pudo seguir. Esto obligó al mayoral, Pascual Campo, a recomponer los cuadros de baile, que ya se habían retocado por la ausencia anunciada de Alejandro Bueno. "Antes, cuando faltaba uno ese cuadro no bailaba en toda la fiestas, pero ahora, tras darle muchas vueltas, se reorganizan para que todos puedan salir", dijo.


De esa forma se ejecutaron ‘Los Palos Viejos, ‘Los Palos Nuevos’, ‘las Cintas’ y ‘el Degollau”. todos podrán verse hoy de nuevo en la Fiesta del Comercio, a las 9.15 en la plaza López Allué, y en la ermita de Loreto, a las 13.00.

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