ELECCIONES 2008

Zapatero logra que Rajoy reconozca que hará el trasvase del Ebro

José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se enzarzaron en un intenso cuerpo a cuerpo en el segundo debate electoral que eclipsó las propuestas. Fue un cara a cara más vivo, más dinámico que el de hace una semana, con momentos tirantes en torno al diálogo con ETA, la guerra de Iraq, el 11-M y la cohesión territorial de España. El candidato socialista ofreció a su adversario un apoyo total del PSOE al próximo gobierno, sea el que sea, en la lucha antiterrorista, pero no encontró reciprocidad en los mismos términos. El aspirante 'popular' replicó a su vez con un reto al socialista, para que apoye una norma que impida la persecución del castellano en Cataluña, y tampoco fue correspondido.


El trasvase del Ebro volvió a estar presente. "Mantengo lo que he dicho en todos los sitios. Voy a llevar agua a todos los sitios. Empezando por el Pacto del Agua y llevándolo luego de las cuencas excedentarias... ¿Haré el trasvase?. Sí, sí, si es eso lo que quiere saber", respondió ante las interrupciones de su oponente.

Se esperaba que ambos candidatos destaparan el tarro de los compromisos de futuro, pero no fue tal. Propuestas las hubo, pero todas conocidas, todas gastadas y amortizadas con anterioridad durante la precampaña y la campaña. Rodríguez Zapatero atacó los flancos, a su juicio, más débiles de Rajoy: la falta de apoyo al Gobierno en la lucha antiterrorista, la guerra de Iraq y los atentados del 11-M; el candidato del PP, a su vez, puso el acento en el frustrado diálogo con la organización terrorista, la discriminación del castellano en Cataluña y los riesgos para la unidad de España.

ETA


El jefe de la oposición no apeló esta vez al recurso tremendista de hablar de la traición a las muertos o agredir a las víctimas; lo hizo, en cambio, el presidente del Gobierno, quien recordó que en esta legislatura han muerto cuatro personas a manos de ETA, mientras que en la anterior de José María Aznar los terroristas asesinaron a 238 personas. El dato sorprendió al líder del PP: "No creía que iba a utilizar a los muertos". Pero no se amilanó y también recurrió a la munición gruesa: "usted ganó las elecciones (de 2004) por Iraq y el 11-M".


Rodríguez Zapatero no soltó la presa y, con la mirada puesta en la cámara de televisión, asumió el compromiso "solemne" de que "sea cual sea el resultado del próximo domingo las elecciones, el PSOE apoyará al Gobierno de España en la lucha antiterrorista sin condiciones. Me gustaría oírle decir lo mismo". Rajoy aceptó el envite y se comprometió a que "sea cual sea el resultado apoyaré al Gobierno si el Gobierno quiere luchar contra ETA, y no apoyaré al Gobierno para negociar" con los terroristas. Y ahí se perdieron en disquisiciones sobre cómo debe ser el respaldo de la oposición al Ejecutivo en esta materia.


El candidato socialista apeló después a la guerra de Iraq y preguntó a su contrincante si seguía "apoyando la guerra de Iraq" o si creía que "fue una buena aventura". Rodríguez Zapatero planteó estos interrogantes después de que el aspirante 'popular' recurriera a un presunto apoyo de España, cuando ya gobernaban los socialistas, a una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al envío de tropas a ese país para apoyar a las tropas norteamericanas. "Es una exclusiva mundial decir que yo apoyaba la guerra de Irak" después de haber sacado las tropas españolas de ese país, reaccionó Rodríguez Zapatero; una decisión que Rajoy atribuyó a un intento de "quedar bien". Pero "qué concepto tiene usted de la democracia" cuando dice que "cumplir la palabra dada es quedar bien", apretó el líder del PSOE.


En este momento de aparente desconcierto del presidente del PP, el jefe del Ejecutivo puso sobre la mesa el 11-M y rememoró que su adversario dijo tener "la convicción moral" de que ETA colaboró con Al Qaeda en los atentados. A lo que Rajoy también recordó que fue el Gobierno de Aznar el que detuvo a "todos los culpables" y contraatacó con alusiones a que Rodríguez Zapatero habló de "política" con ETA, dijo que Arnaldo Otegi era "un hombre de paz" y que el etarra Ignacio de Juana Chaos "se paseó por San Sebastián".

Rotular


El candidato 'popular' recuperó el tono en el bloque de política institucional con la denuncia de que un ciudadano ha sido multado por la Generalitat en Barcelona por que rotula su negocio inmobiliario en castellano. Rajoy instó a su interlocutor a apoyar una ley en la próxima legislatura que impida este tipo de actuaciones. Rodríguez Zapatero eludió el envite y se refugió en que la política lingüística en Cataluña es la misma que desarrolló el PP cuando gobernaba, y entonces "usted ni la pió".


El presidente de los 'populares' también llevó la iniciativa en el apartado de inmigración y obligó a actuar a la defensiva al presidente del Gobierno. Sostuvo que el control en las fronteras es insuficiente, reprochó la regularización de extranjeros y subrayó que se ha llegado a una situación de que "algunos españoles pueden verse perjudicados" ante los inmigrantes en la concesión de ayudas económicas o sociales. Lo que ocurre, contestó el candidato socialista, es que el PP sólo entiende "el ordeno y mando" en política de inmigración, y el PSOE prefiere "el diálogo" con empresarios y sindicatos para integrar a los extranjeros. "Pura propaganda", apostilló el 'popular'.


El debate también se caldeó en el capítulo de educación y vivienda, pero hubo momentos más distendidos, como cuando tocaron el incremento del coste de la vida. Salieron a colación los precios de las patatas, que con el anterior gobierno 'popular', según Rodríguez Zapatero, "subieron 22 veces más" que en estos cuatro años, o el de las anchoas y los huevos.


En este capítulo, ambos se enredaron en una discusión surrealista sobre la primera pregunta que hizo Rajoy a Rodríguez Zapatero en el Parlamento. El presidente del Gobierno sostuvo que entonces no le preocupaba la economía al líder de la oposición y sólo ha centrado en ese campo su estrategia opositora al final de legislatura porque la economía "le importa un bledo". El líder de la oposición acusó al candidato socialista de mentir y se enrocó en que sí habló de economía en esa intervención parlamentaria.


Como en una reedición del debate de hace siete días, el presidente del Gobierno volvió a recurrir en la despedida al "buenas noches y buena suerte" de la semana anterior; mientras el líder de la oposición volvió a reivindicar a "la niña que va a casarse y va a estudiar. Esa niña está en mi cabeza y mi corazón".

AUDIENCIA

 

Un total de 11.756.000 de espectadores siguieron el debate entre los líderes del PSOE y del PP, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, por las distintas televisiones -1.287.000 menos que en el cara a cara anterior-, lo que representa el 55,2% de cuota de pantalla.


Según fuentes de la corporación RTVE, TVE fue el canal que aglutinó el mayor número de espectadores, con 6.915.000 y una cuota de pantalla del 32,6 por ciento.