FUERZAS ARMADAS

"Los socialistas mantenían un servicio casi de ficción"

El ex político, bajo cuyo mandato acabó la mili, recuerda que los quintos no recibían instrucción adecuada y los objetores no tenían plazas para la prestación social.

¿Cómo influyó en la sociedad española la supresión del servicio militar obligatorio?

Nosotros heredamos una situación insostenible. Los socialistas mantenían su habitual doble lenguaje: un servicio militar obligatorio que, en buena medida, no se cumplía, y los que lo cumplían tenían la sensación de que era una pérdida de tiempo, porque ni recibían instrucción militar adecuada ni tampoco otro tipo de instrucción o formación. En buena parte la mili no cumplía porque implícitamente se alentaba la objeción de conciencia, con un servicio social sustitutorio para el que no había plazas, y la insumisión. Además, nos presentamos a los ciudadanos con un programa electoral que prometía profesionalizar las Fuerzas Armadas, reducir el servicio militar a seis meses y recuperar para el Ejército un prestigio social y una identificación de los ciudadanos con la defensa que entonces no existía.

¿Cree que el PP sacó toda la rentabilidad social y política a esta decisión?

Es posible que el PP no, pero España sí la obtuvo. Hoy, las Fuerzas Armadas tienen un prestigio social entonces impensable.

¿Ha cumplido con las expectativas el Ejército profesional?

Profesionalizar nuestra defensa era nuestro compromiso electoral. Es evidente que las amenazas a la seguridad de España y del conjunto de nuestros aliados se han hecho mucho más complejas y urgentes. No tengo ninguna duda de que el Ejército profesional tiene ventajas en ese escenario de riesgos globales.

¿Cuál es la misión de las tropas españolas de la que se siente más satisfecho?

La de cumplir con el deber de la defensa de España y de hacerlo en todo momento. La de dejar bien alto el pabellón español en las misiones conjuntas con nuestros aliados. La de servir a nuestra nación.

¿Qué imagen percibe usted en el exterior de nuestro Ejército?

El trabajo de nuestras Fuerzas Armadas en todas las misiones ha permitido ver la profesionalidad y seriedad de nuestros soldados. Recuerdo cómo fue mejorando esa imagen en nuestra participación en el conflicto de los Balcanes, por ejemplo. Bien es cierto que después ha habido decisiones políticas que han dañado la imagen de nuestras Fuerzas Armadas. Decisiones como la retirada, por sorpresa y sin avisar a nuestros aliados, de las tropas de Iraq. Pero el problema ahí no es de las Fuerzas Armadas, sino del Gobierno.

¿Comparte la tesis de los que opinan que quitar la mili influyó negativamente en el sentimiento patriótico de la juventud?

Por supuesto que no. Lo que dañaba ese sentimiento era esa situación tan habitual en los socialistas de mantener una doble realidad: una obligatoriedad del servicio militar que era casi una ficción por la avalancha de objetores, a los que no se ofrecía un servicio social sustitutorio, y de insumisos.