Díaz pone a prueba en el Congreso el apoyo de sus socios a la semana laboral de 37,5 horas

Sumar forzará el martes la votación en el pleno de una de sus medidas estrella sin tener el respaldo garantizado de la mayoría de la cámara.

Yolanda Díaz en el cierre de la campaña electoral gallega con la candidata por Sumar, Marta Lois.
Yolanda Díaz en el cierre de la campaña electoral gallega con la candidata por Sumar, Marta Lois.
E. P.

Lo que ocurra este domingo en Galicia supondrá un antes y un después para Sumar. La formación de Yolanda Díaz concurre a la cita con bajas expectativas, por ello, y ante un posible revés -las encuestas más optimistas auguran entre uno y dos escaños para la lista que encabeza Marta Lois-, la coalición de izquierdas ya tiene preparado su siguiente movimiento en el Congreso. El grupo parlamentario magenta forzará una primera votación para poner a prueba el apoyo de los socios del Gobierno a uno de los buques insignia de su programa electoral, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin pérdida de salario, abriendo la puerta a un pacto con los agentes sociales para bajar paulatinamente dicho tope hasta las 32 horas.

De ese modo, y con la red de seguridad que supone que la iniciativa se presente como una proposición no de ley -que no es vinculante y solo insta al Gobierno a emprender una acción-, Díaz podrá testear el grado de afinidad con este proyecto de cada grupo parlamentario, que estarán obligados a fijar su posición sobre un asunto que en su momento ya generó discrepancias entre PSOE y Sumar y que finalmente quedó recogido en el acuerdo de Gobierno firmado antes de la investidura de Pedro Sánchez.

Como el resto de iniciativas parlamentarias, la medida se enfrenta a una aritmética que va más allá del clásico eje izquierda-derecha y que necesitará de una amplia mayoría para ser tomado en consideración por la cámara. El PP ya cuestionó la reducción de la jornada y defiende, en cambio, la "semana flexible" para favorecer la conciliación. PNV y Junts, necesarios para que el proyecto salga adelante, por su parte, acogieron con frialdad este punto del acuerdo de coalición. Extraparlamentariamente, la CEOE lo tildó directamente de "atropello constitucional".

También resta por comprobar el respaldo de otras formaciones clave, como Coalición Canaria. O incluso de Podemos, que podría ver en alguno de los puntos de la proposición algún impedimento que les permita justificar un voto en contra y horadar así otra medida estrella de Díaz, como ya ocurrió en enero con el real decreto de las subvenciones al desempleo, que los morados tumbaron junto al PP, Vox y UPN.

Abrir el proceso de diálogo

La propuesta que Sumar llevará al pleno insta al Gobierno a abrir "con carácter urgente" un proceso de diálogo social que culmine con la modificación del Estatuto de los Trabajadores, así como de las disposiciones pertinentes, para incorporar una reducción de la jornada laboral de aplicación progresiva, empezando por fijar un tope de 38,5 horas efectivas en 2024.

Los de Díaz también recuerdan que hace más de 104 años que no se acomete una reducción de la jornada laboral máxima por debajo de las ocho horas diarias y más de 40 años sin que se altere el umbral de las 40 horas semanales, a pesar, explican en el texto, de las "muy distintas condiciones económicas, laborales y sociales".

De salir adelante esta proposición, Sumar podría apartar el foco -aunque momentáneamente- que acapara la ley de amnistía, cuya tramitación parlamentaria, por dilatada, empieza a pasar factura a la coalición de izquierdas, y Díaz anotarse un tanto en una semana que estará centrada por los resultados electorales en Galicia.

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