Latigazos, exhibidas desnudas o rapados de cabeza: así actúan las mafias de la prostitución

Una operación policial en Valencia destapa la crueldad y el sadismo con la que actúan los grupos de proxenetas y trata de mujeres

Cada día es más difícil ver a mujeres captar clientes en las calles de Zaragoza, ya que la prostitución se ha trasladado sobre todo a pisos clandestinos.
Cada día es más difícil ver a mujeres captar clientes en las calles de Zaragoza, ya que la prostitución se ha trasladado sobre todo a pisos clandestinos.
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Los responsables del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual creían haberlo visto todo. Pero en este mundo de las mafias de la prostitución, la crueldad con las víctimas, rayana con el sadismo, parece no tener límite. La Policía ha desarticulado en Valencia una red de proxenetas que se valía de brutales palizas y humillaciones constantes a las mujeres para forzarlas a conseguir el máximo de dinero diario.

Un total de 14 chicas han sido liberadas y nueve de los proxenetas han sido detenidos en este operativo realizado por un equipo conjunto de investigación (ECI) entre España y Rumanía y que ha sido coordinado por Europol bajo las directrices de Eurojust.

Esta 'operación Barraca' no sería más que el enésimo golpe a la redes de explotación sexual que operan en España si no fuera por la extrema crueldad a la que eran sometidas las mujeres, todas de origen rumano. La mafia les obligaba a obtener entre 300 y 400 euros al día, buscando siempre clientes al raso, a lo largo de la V-31, más conocida como Pista de Silla, la autovía de acceso de la ciudad de Valencia por el sur.

Si no conseguían esa cantidad en los arcenes y polígonos, el grupo tenían un amplio catálogo de castigos: rapaban la cabeza a las víctimas; las mujeres eran obligadas a dormir en el suelo, debajo de la cama del proxeneta cuando su 'productividad' no alcanzaba el mínimo; las chicas que no cumplían con las expectativas monetarias eran obligaban a salir desnudas al balcón en pleno invierno; o directamente eran 'condenadas' a latigazos con cables de teléfono, entre otras torturas y humillaciones. "Eran obligadas a mantener relaciones sexuales incluso durante su período de regla", destacó este lunes la Policía Nacional.

Las chicas solo salían de este régimen de esclavitud y palizas cuando por su edad dejaban de ser 'rentables' para el negocio y la mafia les dejaba abandonar o cuando algunas de estas mujeres acaban pasando de víctimas a victimarias al ingresar en la propia red de trata, convirtiéndose lo que se conoce en el argot como 'mamis', muchas de ellas como 'parejas' de los proxenetas más poderosos.

Compradas como mercancía

La organización criminal ahora desmantelada, y que tenía también tentáculos en Alemania, fundamentalmente se nutría de mujeres que 'compraba', como si fueran una simple mercancía, a otras redes por cantidades que oscilaban entre 6.000 y 11.000 euros. A veces los propios familiares vendían a las chicas a los grupos de proxenetas otras veces las mafias captaba a sus víctimas en Rumanía a través del método 'lover boy'. Este procedimiento utiliza las relaciones de amistad o familiares, algunas veces por residir en el mismo marco geográfico, o creándose un perfil a través de redes sociales o en aplicaciones de citas con el que muestran interés por alguna mujer.

Los implicados compraban bienes inmuebles y vehículos de alta gama para blanquear los beneficios que obtenían de la explotación de sus víctimas

Esta operación en realidad hunde sus raíces en otras investigaciones de los años 2011 y 2012 sobre la trata de mujeres por parte de los clanes rumanos y ha culminado con la liberación de 14 víctimas de explotación sexual en España y Rumanía, dos en la localidad de Alzira en Valencia, y con la detención de nueve personas, ocho en Alzira y una en Valencia.

Tres de de los detenidos han ingresado en prisión, por los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, matrimonio forzado, pertenencia a organización criminal, amenazas y hurto.

Los agentes de este equipo conjunto han realizado dos registros en la localidad de Alzira y cuatro en Turnu Mugurele - Teleorman (Rumanía) en los que se han intervenido 3600 euros en efectivo, un vehículo, cuatro armas blancas, joyas, seis teléfonos móviles y documentación relacionada con la investigación.

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