Pedro Sánchez, en su libro 'Tierra firme': niega ser "maquiavélico" y confiesa qué es lo que le quitaba el sueño

Defiende sus cambios de opinión respecto a algunas cuestiones y reprocha una oposición "destructiva" del PP. También habla de su vida familiar y de la influencia de algunos expresidentes.

'Tierra firme', el último libro de Pedro Sánchez
'Tierra firme', el último libro de Pedro Sánchez
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, justifica en su libro 'Tierra Firme' los cambios de criterio que puede tener como en el caso de los indultos de los líderes del 'procés', y afirma que "eso no es ser maquiavélico, sino responsable".

A lo largo de las páginas de este libro, editado por Península y escrito como el primero ('Manual de Resistencia') en colaboración con la exdiputada del PSOE y exdirigente de UPyD Irene Lozano, Sánchez repasa sus vivencias desde que llegó al Palacio de la Moncloa y hasta las elecciones generales del pasado 23 de julio.

El título se debe a que aspira a hacer una crónica de los últimos años y de lo que aún cree que España puede lograr como país, un futuro que considera que "es la tierra firme a la que hemos de llegar" cuando culminen las transformaciones pendientes.

Sánchez expone muchas de las decisiones que ha tenido que ir tomando y recalca su determinación ante las cuestiones pendientes.

"Cuando tengo sobre mi mesa un problema, no me gusta postergarlo ni dejarlo a medias. Prefiero abordarlo y tomar la decisión pertinente", afirma.

Pero reconoce las dificultades y no cree que haya un presidente de Gobierno en todo el mundo que no haya modificado sus posiciones políticas al llegar al poder.

Como ejemplos, cita que Mariano Rajoy ganó las elecciones de 2011 diciendo que bajaría los impuestos "y llevó a cabo uno de los mayores aumentos de nuestra historia reciente", mientras que José María Aznar empezó a llamar a ETA Movimiento Vasco de Liberación Nacional "como si tal cosa" y Felipe González llegó al poder prometiendo un referéndum para salir de la OTAN pero lo convocó para integrarse en ella.

"Y lo más importante es que acertó. Hay cuestiones -añade- que no se ven hasta que no se ocupa la presidencia del Gobierno. A veces cambia la coyuntura; otras hay que hacerla cambiar. Hay asuntos que un presidente debe abordar desde el máximo rigor cuando se presentan, aquilatando todas las razones, las consecuencias y los objetivos que se pretende conseguir".

Sánchez asegura ser un político con convicciones

Incide en la posibilidad de cambiar de opinión: "El criterio de un presidente puede verse modificado por los acontecimientos e incluso diferir de lo que uno piensa o pensaba hasta que se da de bruces con el tema".

Por eso, aunque asegura ser un político con convicciones, reconoce haber cambiado de posición política en cuestiones como el indulto a los lideres del 'procés'.

Pero responde a quienes le han criticado por sus cambios de criterio: "Eso no es ser maquiavélico, sino responsable".

Sánchez explica su decisión de convocar elecciones generales la misma noche del escrutinio de los comicios municipales, comenta que a quien se lo dijo primero fue a su esposa, Begoña Gómez (a la que considera un apoyo fundamental ante cualquier encrucijada) y recuerda la perplejidad con la que recibió la noticia.

Se suceden reproches a lo largo de los capítulos a la oposición "destructiva" que ejerce el PP y a su líder, Alberto Núñez Feijóo, de quien dice que en la campaña electoral fue evidente que "la mendacidad es un rasgo de su personalidad política".

Lamenta que casi todo estuviera por hacer cuando llegó al Gobierno por la "incuria" de los años del PP que habría provocado el retraso o incluso el boicoteo de los cambios necesarios y atribuye a este partido el eslogan "más ignominioso" que ha visto en la política española en los últimos tiempos: "Que te vote Txapote".

El autor dedica en varias ocasiones palabras de elogio al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, al que agradece su implicación en la última campaña electoral.

Desvela que ha hablado muchas horas con él sobre Cataluña y que el expresidente le aconsejó y apoyó cuando decidió aprobar los indultos a los líderes del 'procés'.

"Para mí constituye un ejemplo y una fuente de inspiración. En pocos líderes -añade- he visto un instinto político como el suyo".

Se despertaba "bañado en sudor"

Dedica varios capítulos a la pandemia de coronavirus y confiesa que apenas dormía un par de horas y se despertaba "bañado en sudor", algo que el médico le diagnosticó como "puro estrés".

Aborda asuntos como la negociación de los fondos europeos para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, la crisis energética, las políticas públicas contra la desigualdad, el papel de la socialdemocracia o lo vivido con la erupción del volcán de La Palma.

En el aspecto más familiar explica que, para él, un día perfecto consiste en levantarse tarde, hacer algo de ejercicio junto a su esposa y comer en familia una paella, una fabada o un salmorejo. "Soy muy de cuchara", confiesa.

Además, cada mañana, esté donde esté, envía un enlace a sus hijas en el grupo de wasap familiar, bien sea con una noticia de ciencia o cultura, o una canción que le ha gustado, y, a su vez, sus hijas comparten música con él.

"Sabemos que podemos amar sin complejos a nuestros hijos e hijas y expresar esos sentimientos sin ser tachados de blandengues más que por gente muy carca", señala.

También aborda su agenda internacional con viajes como los que ha hecho a Ucrania, China o Estados Unidos.

Al referirse a su visita a la Casa Blanca para entrevistarse con el presidente estadounidense, Joe Biden, cuenta a modo de anécdota que al terminar la reunión y rompiendo el protocolo salió del Despacho Oval para conocer a los miembros de la delegación española que no habían entrado en la reunión.

Narra que Biden conversó con ellos individualmente y se hizo una foto con cada uno. Y confiesa: "Recuerdo haber pensado: 'qué crack´". 

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