Pablo de Lora: "La amnistía es una forma detestable de corrupción política"

El catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid presentó en Zaragoza su libro 'Los derechos en broma', sobre la moralización de la política en las democracias liberales.

Pablo de Lora, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza.
Pablo de Lora, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza.
Oliver Duch

Pablo de Lora, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid presentó la semana pasada en la capital aragonesa  su libro 'Los derechos en broma', sobre la moralización de la política en las democracias liberales.

Publica 'Los derechos en broma', y en el libro se pregunta cómo tomarse el Derecho y los derechos en serio pese a que a veces parecen chistes de mal gusto. ¿Cómo?
Recuperando el sentido original de ambos ideales: la generalidad de la ley y su reserva -las leyes son el vehículo simbólico para que el legislador se sienta bien demasiado frecuentemente- y los rasgos esenciales de los derechos humanos: su universalidad, absolutidad e inalienabilidad. El abuso de la invocación a los derechos humanos esclerotiza la discusión pública y el intercambio de razones.

Según usted, los partidos no pueden permitirse no ser populistas, es decir, "asumir, defender y aplicar una política para adultos". Habla también de un estado parvulario. ¿Realmente cree que nos tratan como a niños desvalidos?Sí, en muchas ocasiones esto es evidente. Fijémonos, por poner un ejemplo entre muchos, en las promesas relativas al sistema de pensiones.

Sánchez vende la amnistía como "una medida para la conciliación", cuando precisamente media España está revolucionada por su culpa. ¿Es una equivocación?Es sencillamente el canje para lograr una investidura. Una forma detestable de corrupción política.

¿Cabe en la Constitución un referéndum autonómico con una pregunta que afecta al conjunto de los españoles? De hecho, ¿cabe la amnistía? ¿Nos estamos cargando el principio de igualdad entre los españoles?A la primera pregunta, no. La posible secesión de una parte del territorio afecta a todos, obvio es decirlo, y todos tendremos que decidir sobre el futuro de esa suerte de proindiviso. Soy de los que cree que la amnistía vulnera frontalmente el principio de igualdad y en ese sentido es una afrenta a la Constitución, pero también creo que la exégesis constitucional es lo de menos, lo relevante son las razones morales y políticas que, a mi juicio, hacen de la medida algo inaceptable.

El político y jurista Ignasi Guardans se preguntó si existe algún argumento jurídico y político sólido que explique por qué no se puede amnistiar a quienes provoquen desórdenes públicos o desacatos. ¿Existe?No, tal y como yo mismo he tratado de explicar: con esta medida, la autoridad del Derecho, esto es, las razones para obedecerlo que no sean solo las basadas en el miedo o la coacción, queda dinamitada.

¿Podrá volver Carles Puigdemont a España? ¿Cree que prosperará la petición al Supremo de que se le investigue por terrorismo?Es más que probable esa vuelta y también que lloverán las cuestiones de inconstitucionalidad contra la futura ley, y también las prejudiciales ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Lejos de favorecer una "desjudicialización del conflicto", esta medida carente de consenso, más allá del acuerdo con los amnistiables, lo agravará.

Los letrados del Congreso están a favor de tramitar la amnistía "porque no es un indulto general". ¿Está de acuerdo? ¿Cree que los ciudadanos (y los políticos) comprenden la diferencia entre amnistía e indulto?Soy partidario de que se tramite prácticamente todo, incluso lo que pudiera aparecer como flagrantemente inconstitucional, y que, después, cada palo aguante su vela y que los ciudadanos podamos comprobar quiénes y cómo mantienen su compromiso y lealtad con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico. Y que, por supuesto, actúe el Tribunal Constitucional en la última instancia que le corresponde. Y no, los ciudadanos, muchos, han sido deliberadamente confundidos por muchos de los que representan la posición favorable a la amnistía. Esgrimiendo, por ejemplo, un indulto masivo de un anterior gobierno presidido por Aznar, que no fue una amnistía y que también me parece criticable.

En tiempos del bipartidismo, puede que se echara de menos una mayor pluralidad política. Durante un tiempo aparecieron partidos nuevos, nuevas opciones que han sido más o menos deglutidas por otros partidos o directamente han desaparecido. ¿La polarización política actual es mayor que antes?Mucho mayor, pero sin duda menor que en períodos históricos recientes, bien trágicos y que están siempre disponibles para el azuzamiento interesado. Cuando el secretario general del partido que gobierna y sus huestes arrancan una legislatura proponiendo levantar un muro frente a la mitad del país se está evidenciando lo poquísimo que se cree en el pluralismo político que consagra nuestra Constitución como uno de sus valores superiores. Parafraseando al Felipe González del 29º Congreso del PSOE: "Hay que ser pluralistas antes que progresistas". Aunque, de hecho, no debería ser incompatible.

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