El oráculo de las elecciones generales está en el pueblo aragonés de Robres

Los autores de la teoría de que, como sucede en Estados Unidos con Ohio, “quien gana en la comunidad aragonesa, gana en España” se fijan en la localidad oscense.

Foto de Robres
Robres
Laura Uranga

El caso del estado de Ohio, donde el partido ganador coincide siempre con el vencedor de las presidenciales de Estados Unidos, ha llevado a los sociólogos españoles a buscar el ejemplo español, hasta proponer diversos lugares, todos los cuales, cuando se les pregunta por el 23J, miran en la misma dirección, la derecha.

Así, cabe recordar al grupo de sociólogos Equipo Piedras de Papel y su publicación de 2015 'Aragón es nuestro Ohio' (Malpaso Ediciones). Aquel texto señalaba que “quien gana en Aragón, gana en España”, al igual que sucede en el citado estado norteamericano “desde las presidenciales de 1964”.

“Aragón es un microcosmos del universo nacional, una España en pequeñito”, explicaban, antes de argumentar en defensa de su teoría que las Cortes de Aragón son un reflejo, tanto en lo ideológico como en lo territorial, del resto del país.

En este sentido, señalaban cómo los aragoneses oscilan hacia el PSOE o hacia el PP con bastante flexibilidad, cómo la comunidad cuenta con pequeños partidos territoriales y cómo, además, tiene en su interior una circunscripción grande y dos pequeñas, de modo que replica con bastante fidelidad la atribución de escaños del Congreso.

Pues bien, como es sabido, el 28M en Aragón ganó el PP (28 escaños) y ese partido negocia actualmente con Vox (7 escaños) la investidura o la formación de Gobierno, dado que ambas fuerzas suman sobradamente la mayoría absoluta (34 escaños). Si Aragón es el Ohio español, la cosa está clara.

Valor predictivo

Caben sin embargo otros oráculos, pues varios expertos electorales consultados señalan otros territorios con valor predictivo sobre las generales, por ejemplo esa especie de Ohio dentro de Aragón que constituye la villa de Robres (Huesca). Allí siempre coincide la mayoría ganadora con la de las generales.

Los 550 habitantes de este pueblo ubicado en el desierto vivo de Los Monegros votaron masivamente el pasado 28M. Un 82 % de participación, es decir 358 votos que se fueron en un 52 % al PP frente al 45,9 % al PSOE, a diferencia de lo que sucedió en 2019, cuando ganó el PSOE con un 56,1 % frente a un 34,7 % del PP.

El resultado de las municipales ha sido de cuatro concejales para el PP frente a tres para el PSOE, lo inverso a la anterior convocatoria. Y en las autonómicas el dictamen ha sido más claro todavía, pues ha ganado el PP por casi nueve puntos de diferencia, frente a los 17 puntos de ventaja que sacó el PSOE hace cuatro años.

Pero no es el único ejemplo a consultar, está también la ciudad de Badajoz, incluso la propia comunidad extremeña en su conjunto. Ambos son ejemplos significativos, aunque no exactamente siguiendo la misma dinámica que Ohio.

Indicios en Extremadura

La ventaja de poco más de un 4 % que le sacó en mayo de 2011 en Extremadura el PP al PSOE, excepcional en la historia de esta comunidad, donde siempre habían ganado los socialistas, se tradujo luego en una amplia mayoría absoluta para el popular Mariano Rajoy en noviembre de ese mismo año en las generales.

El PSOE le ganó al PP el pasado 28M en Extremadura por un solo punto porcentual, seis mil votos. Casi un empate. Un mal augurio para los socialistas de cara al 23 de julio.

Y luego está la ciudad de Badajoz. El PP alcanzó allí en 2011 un 56 % del voto, frente a un 27 % para el PSOE. Fue una diferencia mucho más clara que la reflejada en el conjunto de la autonomía, y mucho más cercana al resultado nacional de unos meses más tarde en las generales, cuando la victoria popular fue rotunda.

Pues bien, el PSOE ganó en 2019 en Badajoz, pero en las municipales de 2023 el PP ha vencido con un 44 %, frente a un 31 % para los socialistas.

Ocho años más tarde

En fin, cabe recordar cómo el Equipo Piedras Papel apuntaba en 2015 que la emergencia de nuevas fuerzas políticas nacionales estaba produciendo un seísmo en el bipartidismo que podría, o no, terminar siendo estructural.

Ocho años más tarde, los Ohio españoles dibujan un retorno al futuro en las constelaciones políticas.

Y así, si observamos dentro de la bola de cristal, vemos a Vox asomándose al abismo de ser un segundón, a Sumar encerrado en el rincón de la izquierda, a Pedro Sánchez contando, por un lado, las cajas de mudanza, pero por otro también los escaños, porque si le salen cien podría aguantar al frente del PSOE.

Y, finalmente, a Alberto Núñez Feijóo frente a una libreta, devanándose los sesos para encontrar futuras ministras. Todos los oráculos miran a la derecha. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión