Acoso escolar

"A Claudia le cortaron las alas para anular su autoestima y autoconfianza"

Familiares y amigos de la joven gijonesa de 20 años que el pasado viernes se quitó la vida la despidieron en la iglesia parroquial del Corazón de María. "Será un ángel de luz que nos guiará para siempre".

Vista de la zona del Cerro de Santa Catalina (Oviedo), donde se quitó la vida la joven, víctima de acoso escolar.
Vista de la zona del Cerro de Santa Catalina (Oviedo), donde se quitó la vida la joven, víctima de acoso escolar.
Efe. Paco Paredes

La iglesia parroquial del Corazón de María de Gijón acogió esta tarde el funeral de Claudia Álvarez, la joven de 20 años que la semana pasada se quitó la vida en el cerro de Santa Catalina dejando una nota manuscrita en la que aseguraba ser víctima de acoso escolar. A nadie le es ajeno hoy, por desgracia, el sufrimiento que la joven tuvo durante años. Como tampoco lo es el de su madre, su padre, su hermano, su novio y demás familia. Difícil les fue a todos ellos encontrar aliento y consuelo.

Claudia era una chica alegre, familiar y cariñosa. En el recuerdo de quienes compartieron momentos con ella estarán siempre las dedicatorias que la joven les hacía llegar: cartas sensibles, especiales y llenas de sentimiento. Todos la adoraban e intentaban proteger. "Fue una campeona que luchó con todas sus fuerzas para salir de la depresión que sufría desde hacía años", dijo su madre al término de la ceremonia.

El acoso escolar que Claudia denunció antes de irse lo confirmó su madre en un emocionante discurso. "Lastima que en su corta edad, cuando su personalidad se estaba formando, un grupo de gente malintencionada, que, por supuesto, no se encuentra dentro de todo este maravilloso y cariñoso grupo que estáis aquí acompañándola, le cortara las alas para seguir siendo ella misma, y le anularan por completo su autoestima y su autoconfianza. Le hicieron sentirse inferior para siempre. El acoso no la dejó disfrutar de lo maravillosa que era, y no le permitió convertirse en la espectacular mujer que podría haber sido", apuntó su madre, quien definió a su hija como "la mejor hija del mundo, mi confidente, mi amiga".

Claudia protegía a su padre, se dejaba mimar por su hermano, pintaba con su abuelo, jugaba con sus primos pequeños y adoraba a su perra 'Danita'. Su novio Javier -dijo su madre- "le hizo pasar sus últimos días ilusionada y feliz". Todos ellos, también junto a sus tíos, hacía que Claudia repitiera sin vergüenza que "la mejor familia del mundo". Para todos ellos Claudia será "un ángel de luz que nos guiará para siempre".

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