Gestionar bien

Lo primero que se espera de un alto cargo, aparte de imprescindible honestidad, es eficacia en su gestión. Única manera de hacer realidad el buen servicio que se debe a los ciudadanos. Y como es lo que corresponde, cuando se demuestra ineptitud para gestionar situaciones concretas, lo único que cabe esperar de quien nombra a esos cargos es el cese inmediato.

Cuando el actual director general de Tráfico, Gregorio Serrano, no es capaz de dimitir y dejar un puesto que le viene muy grande, y al actual ministro del Interior, su maestro, le sucede lo mismo, es el presidente del Gobierno quien debería haber tomado la decisión de retirar de sus puestos a estos señores que han cometido graves errores. Errores con consecuencias muy desagradables para los ciudadanos afectados, muchos de ellos retenidos hasta 18 horas en la carretera repleta de nieve en la emergencia de la AP-6 de primeros de enero. Pero también, con consecuencias penosas para la imagen de España, con motivo del referéndum de Cataluña el 1 de octubre. Al día siguiente del espectáculo que se ofreció al mundo con las cargas policiales, que además sirvieron para ser utilizadas por los independentistas, no se hizo la imprescindible autocrítica y no se cesó al ministro, como procedía.

Estos dos personajes, además de la torpeza en sus cargos, agravan su gestión cuando tratan de justificar o dar explicaciones de los desaguisados que ocasionan. El caso del director general de Tráfico es de libro, con sus torpes explicaciones de lo bien que podía gestionar desde su casa el caos de la AP-6 con la actual tecnología. Cada vez que hablaba aumentaba los motivos para su cese, pero este no se produjo, decisión equivocada de Mariano Rajoy, bastante irritante para quienes quedaron atrapados en sus coches en la autopista.

Al PP no solo le ha hecho daño la corrupción, sino también la incapacidad de reconocer sus errores, que le deberían haber llevado a cesar a quienes lo merecían, por respeto a los ciudadanos. Esa es la manera de demostrar que por encima de todo se quiere prestar un buen servicio a los españoles.