Pensiones

Viniendo de la ministra que llama movilidad exterior a la migración forzosa de nuestros jóvenes, la reforma del cálculo de pensiones que anuncia Fátima Báñez puede ser cualquier cosa menos beneficiosa. Por mucho que asegure que sería voluntaria y favorable para las personas con una larga vida laboral. Traducido a su lenguaje político, versatilidad y magnanimidad, como si esto de la crisis fuera un invento. Trasladado al cuaderno de matemáticas, imposible. Además de congelar las pensiones y dejar helados a los pensionistas con una continua pérdida de poder adquisitivo, el gobierno del PP no solo ha dinamitado la hucha de reserva sino que ha recurrido al endeudamiento para pagar. Ni siquiera la creación de empleo de la que tanto alardea sirve, pues los salarios son bajos y las cotizaciones, mínimas. Una goma que no da más de sí y está a punto de estallar. Viniendo de la ministra experta en la ilusión óptica y el eufemismo político, esta reforma es sin lugar a duda sinónimo de recorte de las pensiones. Aunque de momento nadie se atreverá porque estamos en año preelectoral y Ciudadanos achucha al PP tanto como la economía a los españoles.