Muere el expresidente del Castellón que fue condenado por asaltar a una pitonisa en Magallón

Jose Laparra murió de un infarto a los 49 años. En 2013 fue detenido tras un asalto para recuperar una importante cantidad económica que le había entregado para un conjuro de amor que resultó fallido.

Jose Laparra en una imagen de archivo.
Jose Laparra en una imagen de archivo.
Guillermo Mestre

El que fuera presidente del Castellón, el empresario Jose Laparra, falleció anoche a los 49 años de edad como consecuencia de un infarto, según confirmaron fuentes de la alcaldía de Náquera, su localidad natal.


Laparra dirigió al club castellonense desde el año 2005 al 2011, periplo en el que el equipo militó en Segunda División y alguna campaña estuvo próximo al ascenso, aunque en 2010 bajó a Segunda B y un año después a Tercera por impagos.


El exdirigente del Castellón será enterrado este jueves en el cementerio de la localidad valenciana de Náquera.


Al margen de su vertiente deportiva, Laparra fue protagonista en los medios de comunicación al ser detenido por la Guardia Civil en mayo de 2013, junto a otras cuatro personas, tras ser acusado de asaltar la vivienda de una vidente en Magallón (Zaragoza).


El objetivo del asalto fue recuperar una importante cantidad económica que le había entregado para un conjuro de amor que resultó fallido.


Al parecer, a través de una conocida, la pitonisa se puso en contacto con el empresario valenciano, el cual estaba muy interesado en contratar sus servicios para lograr el amor de una mujer de la que se había enamorado.


Los rituales recomendados por la pitonisa obligaban al expresidente del Castellón a poner unas flores en agua durante cuarenta días y a lavarse después con ella.


Después, debía recoger tierra de un cementerio y frotarse el cuerpo con ella, procedimiento que finalmente no dio los frutos que esperaba el empresario, quien al no lograr sus fines trató de recuperar sin éxito los 165.000 euros que había entregado.


El empresario, acompañado por un grupo de cómplices, se desplazó a Magallón con una microcámara oculta para conseguir que la pitonisa reconociera los términos del contrato verbal que habían pactado a fin de utilizar la grabación en un juicio. Sin embargo, al llegar a la vivienda de la vidente, el grupo decidió actuar con violencia e intimidar a los ocupantes para exigirles la devolución del dinero.


El 20 de mayo de 2015, tras el juicio de conformidad que se celebró en el Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza, aceptó seis meses de prisión y una multa de 1.440 euros.

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