Gobernar en la próxima legislatura es "un marrón impresionante" y compartiéndolo con el PSOE, "que sí, pero no, pero depende", es una "osadía casi temeraria", aunque es "lo que nos pide la gente", asevera en una entrevista el candidato de Unidos Podemos por Zaragoza, Pedro Arrojo.

Doctor en Físicas y premio Goldman de Medio Ambiente, Pedro Arrojo (Madrid, 1951), repite como candidato por Zaragoza tras haber sido diputado los últimos cinco meses por la formación violeta.

En esta ocasión lidera la lista de Unidos Podemos, a quien cree que votarán muchas personas con el objetivo de que "cambie esto y sea mejor y menos malo", por lo que la coalición de la que forma parte está "en esa obligación política y moral" y por su parte "hay voluntad" y van "en serio" para poder crear un gobierno con el PSOE tras las elecciones del 26 de junio.

El partido socialista, del que asegura que ha jugado un papel "contradictorio" pero representa "una de las fuerzas fundamentales de transición y cambio" en el acerbo de la cultura política española y a quien no desea "nada malo", debería estar diciendo en esta "segunda vuelta" cuál es su estrategia de coalición, pero cree que no lo hará hasta que no mida "sus escenarios" y vea hasta dónde puede llegar "el empeoramiento de su situación".

Arrojo opina que lo que ha cambiado con respecto al 20 de diciembre para poder crear un gobierno con los socialistas es que en esa fase se cometieron "errores formales" que permitieron a los sectores del PSOE que no querían la coalición transformarlos en "argumentos definitivos" y añade que algún miembro del comité federal del PSOE ha explicado después que recibieron un "veto" a la opción de la coalición dentro de los "poderes reales" del partido.

Respecto a esa posible coalición, Arrojo ha insistido en que en Unidos Podemos existe un sentido "autocrítico" respecto a algunos gestos que se han entendido como "prepotencia o que han dificultado el avance" y el propio "margen" de Pedro Sánchez en su momento para aceptar la oferta que se le hizo desde Podemos ante los sectores que se le oponían internamente.

A esa "autocrítica", se suma la alianza con Izquierda Unida encabezada por Alberto Garzón, una persona que "introduce elementos positivos en esa línea", ha asegurado el líder de la candidatura por Zaragoza.

Por ello, para Arrojo la ambición en estos comicios es "sorpassar" al PP y no sólo "quitar" a Mariano Rajoy, sino "cambiar las políticas de falsa austeridad" de los populares y formar un gobierno de cambio, progresista y de coalición, "esté quién esté por delante", en referencia al adelantamiento en escaños o no al PSOE.

Ante ese posible acuerdo con el PSOE tras el 26J, Arrojo ha apuntado que las bases socialistas son "mayoritariamente partidarias" de un acuerdo con Podemos, si bien ha añadido que los poderes máximos en la sombra defienden "lo contrario, la gran coalición o con el PP".

En cualquier caso, ha insistido en que la legislatura que viene va a ser "durísima" y requerirá que los que estén en el Congreso tengan "fuerza y capacidad de presión en la calle" y, en ese escenario tienen un papel "fundamental" tanto el PSOE como CHA, que ha decidido no presentarse a las elecciones generales.

Una decisión que respeta Arrojo, quien ha reconocido haberles votado sistemáticamente por ser el partido "más cercano a la defensa del territorio" aragonés -como también lo ha hecho a IU-, y que aunque sabe que sus votos pueden ir a Unidos Podemos "de forma natural", eso no ocurrirá porque él "los llame" porque el votante de CHA es "aguerrido y tiene capacidad sobrada para saber si lo que representamos personas como Arrojo "representan sus ideas.

El candidato, quien no se ve como ministro de Medio Ambiente porque ese cargo requiere no solo ideas sino también "energía vital y osadía" y él asegura tener ya el corazón "blandito", ha valorado los cinco meses como diputado en el Congreso, donde ha tenido la oportunidad de asistir a "un espectáculo en vivo".

"La información es la misma pero el sentimiento es diferente", reconoce, porque lo bueno y lo malo en ese "espectáculo" se vive "con muchísima más intensidad" y en la política profesional "hay una proporción de cinismo profesional tremenda y abrumadora".

"Se consumen muchas energías y eso lo llevo mal", admite, pero agrega que le ha gustado el "entusiasmo" de los 69 diputados de Podemos, "jóvenes desbordantes" en su mayoría, y asegura que se ha acordado mucho de José Antonio (Labordeta) cuando se refería al "beduino en las Cortes", con la diferencia de que el cantautor estaba "en absoluta soledad" y Arrojo ha estado "muy arropado".

Igualmente arropado y motivado se siente en esta nueva campaña electoral que define como "segunda vuelta" y que es probablemente "menos intensa y más sencilla" que la del 20D, en la que admite que hay "cansancio" e incluso "decepción" entre la ciudadanía por tener que volver a votar, pero en la que la convergencia con Izquierda Unida ha multiplicado "entusiasmos, expectativas y energías" que le hacen ver "un buen caldo".

Ello frente a la "campaña del miedo" lanzada contra ellos, que le lleva a advertir de la necesidad de que no se instale en la sociedad que detrás subyace el mensaje de "más vale malo conocido que bueno por conocer" porque una sociedad así sería una sociedad "muerta" y "sin futuro", frente a la que apela a un pueblo "valiente en un momento difícil, pero no suicida" que no se deje "amedrentar y aplastar por ese lema".