La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, trabajará de manera "firme, clara y contundente" en la defensa de la memoria de este colectivo para "contrarrestar" las "tentaciones manipuladoras de quienes quieren reescribir la historia de terror de ETA blanqueando su pasado". 

Así lo manifiesta Blanco en una entrevista que publica el último número de la revista de esta fundación, la primera que concede tras ser nombrada presidenta de esta entidad en sustitución de Maite Pagazaurtundua.

Hoy más que nunca, asegura Blanco, las contribuciones de las víctimas son necesarias porque van a aportar la verdad de lo ocurrido "en un momento muy importante en el que están tratando de manipular e imponer el relato final de ETA, precisamente quienes han causado tantas muertes".

En defensa de la memoria, la verdad y la justicia trabajará de manera firme y contundente la nueva presidenta de la FVT, porque aunque ETA haya dejado de matar, "desgraciadamente todavía no ha desaparecido de nuestras vidas".

Para Blanco, el anuncio del cese definitivo de la violencia no supone un punto y final, sino "más bien un punto y seguido" en el que debe exigirse a ETA su disolución incondicional, la entrega de las armas, el reconocimiento de la historia de terror y la petición de perdón a las víctimas y a toda la sociedad.

"Acogimiento a los que matan"

Cree Mari Mar Blanco que en el País Vasco se ha impuesto "un mantra de acogimiento a los que ya no matan" y asegura que es "humillante y doloroso observar cómo quienes han sembrado tanto dolor a través de las pistolas y las bombas consiguen más escaños que aquellos que han sufrido de manera directa o indirecta las pistolas y las bombas".

Nunca un Gobierno, enfatiza la presidenta de la FVT, debe negociar con una organización terrorista, porque "cuando se negocia, se claudica con los terroristas, se produce un retroceso en la lucha antiterrorista".