Hay más afluencia, más actuaciones y más decomisos. Los trabajadores del medio natural han aumentado la vigilancia ante el incremento de casos de furtivismo. Este año han sorprendido ya a varias personas cazando corzos sin colocar los precintos. "Hay gente que abate un animal, le corta la cabeza, la deja escondida y, a posteriori, va a buscarla sin arma", explicó a HERALDO un agente medioambiental. Esta práctica tiene un porqué. "Si sorprendemos a alguien transportando una cabeza en un vehículo con un arma queda claro que ha habido una acción directa de caza. En este caso se procede a decomisar la cabeza y el rifle", dijo. En caso de no hallarlo, la sanción es menor.

Este mes se han contabilizado dos casos en la provincia. El pasado fin de semana, por ejemplo, se denunció a una persona que transportaba una cabeza "y un machete pequeño". Estos episodios no son exclusivos de Soria. También se dan en Burgos, León o Palencia. Las multas, en estos casos, van de los 400 a los 3.000 euros. Si el infractor no lleva precinto y se demuestra que él es el culpable, el castigo es mayor. "Tiene que pagar 6.000 euros al coto", aseguró.

Esclarecer estos casos suele ser "complicado", ya que obligan a los trabajadores a "hilar fino". El último, no obstante, fue relativamente sencillo, ya que la persona que transportaba la cabeza "llevaba las manos manchadas de sangre" al haberla cortado "recientemente". "Se comprobó que no tenía autorización para estar allí", indicó el agente consultado.

Los furtivos tienden a actuar de "dos formas". Los que acuden en grupo suelen utilizar dos vehículos para llevarse el arma y el trofeo por separado. Quienes lo hacen en solitario "dejan el rifle en el hotel o el hostal" y vuelven a por la cabeza "al día siguiente o a los dos días". En Burgos, se han descubierto piezas abandonadas en las orillas de los ríos, atadas a raíces de árboles. "Las sacan limpias y podridas y, si les sorprenden con ellas encima, dicen que se las han encontrado, que son viejas, de meses antes", explicó.

La "fiebre por los trofeos" parece haber aumentado respecto a otros ejercicios. No obstante, es una práctica que viene de años atrás. "No deja de ser un robo. Los titulares de los cotos se quejan", admitió. Por lo general "se coge a muchos" infractores, aunque es un problema generalizado y "se llega hasta donde se llega". Los trabajadores del medio natural creen que es ya "una lacra".

Habitualmente, quienes actúan sin autorización suelen ser "de fuera". Entre los infractores "hay de todo". Los hay que no pueden negar la evidencia. Otros "mienten". También se dan casos de cazadores que colocan erróneamente el precinto. José Manzano, delegado provincial de la Federación de Caza de Castilla y León, lamenta que haya gente que se lleve sin autorización "parte del patrimonio de los clubes". Para él son "indeseables". Manzano agradece la labor de los trabajadores del medio natural, ya que sin ellos la situación se habría ido de las manos desde hace tiempo.

Los furtivos acuden "a por el trofeo", la carne "la abandonan". "Pueden ser hasta gente con cierto poder adquisitivo. Lo hacen para quemar adrenalina", comentó.

Quienes obran correctamente saben que "han de dar parte a la Guardia Civil" en caso de observar comportamientos ilegales. Los problemas, reconoció, se repiten de un año a otro. A su parecer, la reiteración "tendría que conllevar la pérdida del permiso de armas". La licencia interautonómica permite un mayor control. Antes, las sanciones se ceñían a las regiones.