Los ahogamientos en período estival crecen y se convierten en la segunda causa de muerte

Los ahogamientos son la segunda causa de muerte accidental en Europa en menores de 20 años y anualmente, entre 30 y 40 niños mueren por este motivo en España, según los datos de la Organización Mundial de la Salud. En lo que va de año en nuestro país se han registrado 264 muertes por ahogamientos en espacios acuáticos (19 en Castilla y León, ninguna en Soria), lo que supone un incremento del 20% respecto al mismo período de 2015, sobre todo en verano, según muestra el Informe Nacional de Ahogamientos, elaborado por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

Algunas de las causas más frecuentes a la hora de sufrir un ahogamiento son entrar en el agua sin atender las indicaciones del socorrista, no saber nadar o hacerlo sin la suficiente preparación y desconocer el medio en el se quiera darse el baño. La mayoría de los incidentes ocurre en lugares sin servicio de socorrismo o fuera de su horario, aunque el mayor número de incidencias se dan mientras el baño está permitido, según un reciente estudio de Mapfre. En Soria, por ejemplo, uno de los casos más destacados es la carencia de socorristas en un espacio muy concurrido: Playa Pita. Éste será el cuarto año que no se ofrezca el servicio durante los fines de semana, momento de mayor afluencia, después de más de tres décadas de prestación por parte de Cruz Roja por acuerdo del Ayuntamiento de Soria y la Mancomunidad de los 150 Pueblos. Los representantes de esta última alegaron en su momento que no hay obligatoriedad de prestarlo. De hecho, la normativa regional que regula estos espacios no exige socorristas, pero quienes han ofrecido el servicio estos años lo recomiendan por seguridad.Recomendaciones

Por eso tampoco está de más recordar algunas sugerencias a la hora de darse un chapuzón, tanto para controlar a los más pequeños como para que los adultos no crean que tienen el agua controlada. Desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se dan una serie de consejos para la prevención de accidentes en el medio acuático. Así, los adultos deben vigilar de forma constante y de cerca a los menores, tanto cuando están en el agua o se encuentran jugando cerca de ella.

Se debe utilizar un chaleco salvavidas si no se sabe nadar o aunque se sepa cuando se practique un deporte náutico. También hay que respetar el significado de las banderas y las indicaciones de los socorristas, no consumir alcohol cuando se vaya a realizar cualquier tipo de actividad en el agua, no bañarse de noche, bañarse siempre acompañado, conocer la profundidad y el fondo del agua antes de zambullirse, evitar bucear o saltar en aguas turbias, así como bañarse en zonas de corrientes.

Desde la Asociación Española de Pediatría se insiste en tener vigilados a los niños, teniéndolos al alcance del brazo ante cualquier eventualidad para que el adulto reaccione más rápidamente. Del mismo modo se sugiere que los niños aprendan a nadar.

A las anteriores recomendaciones, el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones No Intencionadas en la Infancia de la organización pediátrica nacional, añade el cercado completo de la piscina, a lo largo de todo el perímetro, lo suficientemente alto para que no se pueda trepar y que permita la visión de la piscina. También el uso de dispositivos personales de flotación cuando se navegue en cualquier embarcación de recreo e incluso para cuando los más pequeños estén cerca del agua. En este punto, los pediatras aconsejan optar por los chalecos salvavidas y evitar el uso de flotadores que se puedan deshinchar. Asimismo, proponen el entrenamiento en maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) tanto para padres como para adolescentes y niños mayores, ya que la protección cervical adecuada, el tiempo transcurrido desde el ahogamiento y la aplicación precoz de medidas de RCP por personal entrenado resultan cruciales para mejorar el pronóstico en un ahogamiento.