La central de Fukushima, fuera de control

El comisario de Energía de la Comisión Europea, Günther Oettinger, que se ha mostrado «muy preocupado» por la situación, considera que «casi todo está fuera de control» en la central.

Daños provocados por el terremoto en Japón
Fukushima, fuera de control
EFE

El comisario de Energía de la Comisión Europea, Günther Oettinger, ha calificado este martes de «apocalipsis el accidente en la central nuclear de Fukushima provocado por el terremoto que afectó a Japón el pasado viernes y ha asegurado que «casi todo está fuera de control» en esa planta.


«Se ha hablado de apocalipsis y yo creo que esta palabra está particularmente bien elegida», ha dicho Oettinger en una comparecencia ante la comisión de Energía de la Eurocámara. El comisario se ha declarado «muy preocupado» por lo que está ocurriendo en las últimas horas en la central de Fukushima por considerar que «casi todo está fuera de control».


«Espero que no ocurra lo peor, pero no podemos excluir que ocurra lo peor en las próximas horas y días», ha avisado el comisario de Energía.


La radiación comienza a detectarse en Tokio

Los niveles de radiación se incrementaron hoy en varias localidades japonesas, incluida Tokio, mientras la población hace acopio de agua embotellada, mascarillas y víveres, y se prepara para permanecer en sus casas.


La situación en la planta nuclear de Fukushima, en el nordeste de Japón entró en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga incontrolada de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros.


La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.


La radiación en torno a la central se ha incrementado desde el pasado sábado 13 de marzo, cuando un fallo del sistema de refrigeración obligó a liberar vapor radiactivo de forma controlada, pero los crecientes problemas en los reactores añaden mucha incertidumbre.


En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto.


Niveles de radiación por encima de lo habitual

En la provincia de Ibaraki, adyacente a Fukushima, en un momento dado la radiación se situó en 5 microsievert por hora, cien veces más de lo habitual, mientras algo más al sur, en Kanagawa, era diez veces mayor.


En Tokio también se elevaron los niveles de radiación hasta veinte veces más de lo habitual y se detectaron pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, pero el Gobierno Metropolitano insistió en que no implica riesgos inmediatos para la salud.


Pese a los llamamientos a la calma, en Tokio, a unos 270 kilómetros de la planta, se veían hoy más mascarillas de lo habitual, mientras una parte de los residentes decidía alejarse por unos días de la ciudad hasta que remita la alarma por la situación en Fukushima.


Muchos extranjeros tomaron el 'Shinkansen', el tren bala japonés, para desplazarse en menos de tres horas a ciudades como Osaka, a más de 500 kilómetros de la capital y donde la amenaza de una fuga radiactiva suena más lejana.


Desde principios de esta semana varias misiones diplomáticas, como la francesa o la mexicana, habían aconsejado a aquellos que se sintieran intranquilos y no tuvieran asuntos «esenciales» en Tokio abandonar la ciudad, y hoy la embajada de Austria decidió llevar su misión temporalmente a Osaka.


La legación aludió a «lo imprevisible de la evolución en la situación nuclear» para ese traslado.


Calma entre la población japonesa

Mientras las noticias sobre Fukushima son recibidas con inquietud creciente entre la comunidad extranjera, donde se suceden rumores y desmentidos sobre evacuaciones, los japoneses las siguen con una mayor tranquilidad, atentos a través de la televisión a las instrucciones de las autoridades locales.


Se suceden los llamamientos a la calma, al ahorro de energía (el terremoto paralizó once centrales nucleares) y a mantener la prudencia a la hora de abastecerse en los supermercados para evitar la escasez, como se hacen eco numerosos medios.


«El Gobierno japonés ha anunciado que hay suficientes suministros almacenados. Por favor actuad con calma y paciencia», reza un mensaje colgado por los responsables de la red social Facebook en la web de su versión para Japón.


Más al norte, las provincias vecinas a Fukushima se prepararon para acoger a los evacuados de las inmediaciones de la central, muchos de los cuales acudían inmediatamente al hospital para determinar los niveles de radiación a los que estuvieron expuestos.


En un radio de 20 kilómetros en torno a la fatídica planta nuclear han sido evacuadas cerca de 200.000 personas. Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, otras 5.000 se encuentran repartidas en una decena de refugios en la localidad de Kawamata, a menos de 30 kilómetros de la central, donde han recibido instrucciones de quedarse dentro de las instalaciones por si se produce «el peor escenario posible», según la agencia Kyodo.


Allí, los funcionarios indicaban que, incluso si quisieran, no podrían llevar a los evacuados más lejos por problemas logísticos y escasez de gasolina.


Aumenta el balance

Según la agencia de noticias Kiodo, la Agencia de Policía Nacional japonesa ha elevado el balance por el terremoto y el posterior tsunami a un total de 3.373 fallecidos y 6.746 desaparecidos.


Las autoridades niponas han rescatado por el momento a unas 25.000 personas.



Alarma desde Francia

Desde París, el sistema de contención del reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima «ya no es estanco», declaró el presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) de Francia, André-Claude Lacoste.


«Está absolutamente claro que estamos en el nivel 6 del INES (Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos, INES, por sus siglas en inglés), aseguró Lacoste a la prensa en la capital gala en relación con la situación de esa central tras el terremoto de la semana pasada.


«Es decir, entre Three Mile Island y Chernóbil», agregó el alto funcionario francés en alusión a los accidentes de esas centrales en EE. UU. y Ucrania y afirmó: «no se sabe hasta qué punto el sistema de contención está dañado», pero aseguró que éste «ya no es estanco».


«Es evidentemente una catástrofe», declaró Lacoste, quien se pronunciaba después de que el propio Gobierno galo considerara que el riesgo por el accidente nuclear en Japón es «extremadamente elevado».


Así lo afirmó el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, quien dijo que los últimos datos procedentes de aquella central nuclear japonesa afectada por el terremoto de la semana pasada parecen conducir a una «catástrofe nuclear».


«Un Chernobil a cámara lenta»

El radiobiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Eduard Rodríguez-Farré ha asegurado que el accidente en la central de Fukushima está siendo como «un Chernobil a cámara lenta».


«Cada día está explotando un reactor, y aunque se diga que se está conteniendo, la situación va a peor y hay muchos ingenieros internacionales que aseguran que está descontrolada; realmente el temor es de un accidente grave, lento pero que va en aumento y en el que ya se está diseminando radiactividad», argumenta el científico.


Además, insiste en que «es mucho mayor de lo que se está diciendo, con tres reactores averiados, explosiones espectaculares, y por mucho que aseguren, se ha producido una alteración estructural del sistema... y aún quedan más reactores».


El temblor de Japón movió el eje terrestre más que los de Chile y Sumatra juntos

Según los cálculos del científico Richard Gross del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California, al cambiar la distribución de la masa de la Tierra, el terremoto de Japón debe haber causado que la Tierra gire un poco más rápido, acortando la duración de la jornada cerca de 1,8 microsegundos (un microsegundo es la millonésima de segundo).


Los cálculos también indican que el seísmo de Japón debería haber cambiado la posición del eje de la Tierra (el eje alrededor del cual se equilibra la masa de la Tierra) en cerca de 17 centímetros, en dirección 133 grados longitud este. Este cambio en el eje hará que la Tierra se tambalee de forma un poco diferente a medida que gira, pero no va a causar un cambio en el eje de rotación en el espacio, ya que solo la atracción gravitatoria del sol, la luna y los planetas pueden hacer eso.