La mano dura de Bukele cunde en Latinoamérica

Argentina y Ecuador aplican la misma receta contra el crimen que el presidente salvadoreño, que se ha ofrecido para solucionar la crisis de Haití.

Foto de archivo de Bukele.
EFE

Los grandes cárteles de la droga distribuyeron franquicias por muchos países de Latinoamérica apoyados en las bandas locales, las maras. La violencia ocupó las calles. 'Prohibido arrojar cadáveres en la cuneta', se leía en algunas señales de tráfico de los alrededores de ciudades colombianas. Las imágenes de pandilleros tatuados, fieros y armados se convirtieron en la postal del terror de buena parte de Centro y Sudamérica. Un pequeño país como El Salvador era el más peligroso del mundo. Hasta que llegó a la presidencia Nayib Bukele, en 2019.

Cambiaron las fotografías. En tiempo récord, los miembros de la maras aparecieron arrodillados, en calzoncillos y con la manos atadas a la espalda. Sumisos. Carne humana tatuada. Bukele construyó una cárcel gigante y ordenó detenciones masivas que incluían a cualquiera con pinta sospechosa. Así ha convertido a su país en el segundo más seguro, tras Canadá, de América. Y, agitando su puño de hierro, ha sentenciado a los detenidos con esta frase: "No volverán a ver ni un rayo de sol".

El resto del continente le mira y, en buena parte, ha decidido imitarle. Bukele, reelegido este año con casi el 90% del apoyo popular, se ha convertido en una especie de superhéroe. Hasta se permite ofrecerse como solución para la violencia sin fin que ha sumido a Haití en el caos. Bukele asegura que para acabar con esa crisis solo necesita "una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y cubrir todos los gastos de la misión". 'Supermán' Bukele.

Mientras Amnistía Internacional y organizaciones humanitarias como Human Right Watch denuncian que entre los 70.000 detenidos por la Policía y el Ejército de Bukele hay muchos inocentes y que no se respetan sus derechos, cada vez son más los países de la zona que se miran en el espejo del presidente salvadoreño.

Hace unos días, desde la cárcel argentina de Santa Fé, una ciudad convertida en un núcleo del narcotráfico, se difundieron imágenes de presos calcadas a las de los centros penitenciarios salvadoreños. Más carne humana apilada y agachada. Sometida. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, compartió esas fotografías a través de la red social X y alabó la actuación del gobernador de esa región. Bullrich es uno de los grandes apoyos del presidente del país, Javier Milei, que ya había enviado una delegación a El Salvador para aprender el 'método Bukele'. "Los criminales lo van a pasar cada vez peor", advirtió el gobernador de Santa Fé. Ecos de Bukele.

Estado de excepción en Ecuador

Ecuador lleva meses aplicando ese sistema, incluido un estado de excepción que ha sido prorrogado sin fecha de caducidad. En enero se produjo una fuga masiva de las cárceles. Entre los huidos estaban cabecillas de las maras como José Adolfo Macías, alias 'Fito'. El presidente del país, Daniel Noboa, inspirado en su homólogo salvadoreño, recurrió al Ejército, a detenciones en masa y habló de una guerra interior contra las bandas que colaboraban con los cárteles mexicanos de la cocaína. Como Bukele, Noboa ha impulsado la construcción de dos enormes cárceles y la compra de barcos-prisión.

La seguridad por encima de la libertad. La mano dura de Bukele se ha convertido en un puño que muchos quieren en sus propias casas. Jorge Torres, exministro de Seguridad de Costa Rica, se ha confesado admirador del presidente salvadoreño. El alcalde de Lima (Perú), Rafael López-Aliaga, se ha comprometido a aplicar el 'sistema Bukeke' para acabar "con las pirañas". Y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, que al principio era reticente y había prometido frenar los abusos policiales, ha recurrido al estado de excepción.

Hace justo un año, el ministro de Seguridad de El Salvador, Gustavo Villatoro, mantuvo una reunión con representantes de todos los países centroamericanos y les lanzó este mensaje: "Nuestro modelo está al alcance de todos". Tomaron buena nota. Ahora. Bukele da un paso más y se ofrece, si obtiene el visto bueno de Naciones Unidas, a apagar el incendio civil de Haití con la dureza que cada vez más países reclaman.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión