Pakistán vota entre atentados y sin internet en los móviles

La autoridades ordenan el cierre de las fronteras con Afganistán e Irán para reducir la inseguridad

Elecciones en Pakistán
Elecciones en Pakistán
NADEEM KHAWER

Ni el cierre de las fronteras con las vecinas Afganistán e Irán ni el corte general de los servicios de internet móvil han evitado teñir de sangre las elecciones generales de Pakistán. La jornada, a la que estaban llamados a participar este jueves 128 millones de votantes, dejó ya al menos cinco muertos en dos ataques atribuidos a islamistas en las localidades norteñas de Kulachi y Tank. El miedo a los atentados y las dificultades de comunicación no mermaron, sin embargo, el ánimo de los ciudadanos, que desde primera hora de la mañana formaron largas colas en los colegios para depositar sus papeletas entre denuncias de irregularidades y sospechas de falta de imparcialidad e intromisión del Ejército.

Todos los sondeos sitúan como gran favorito al ex primer ministro Nawaz Sharif, de 74 años, quien regresó del exilio el pasado octubre para colocarse al frente de su partido, la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N). Dicha formación, sostienen los analistas, goza del respaldo de los militares, los cuales a lo largo de las casi ocho décadas de independencia han dominado directa o indirectamente el país asiático con armas nucleares.

Aunque las Fuerzas Armadas sostienen que desde la instauración en 2013 del primer gobierno civil ya no interfieren en la política, formaciones como la opositora Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) ofrecen pruebas de lo contrario. En los últimos meses han sido víctimas de numerosos arrestos y deserciones forzadas y se les ha impedido hacer campaña. Su principal líder, el ex primer ministro Imran Khan y popular exjugador de críquet, de 71 años, ha sido condenado a tres largas penas de prisión que frustraron su intención de concurrir a los comicios.

Khan, que tuvo el apoyo del ejército cuando fue elegido en 2018 hasta que les desafió con acusaciones de orquestar su destitución en 2022, ha emitido su voto este jueves desde la cárcel de Adiala, donde cumple condena por corrupción junto al exministro de Exteriores Shah Mahmud Qureshi, el extitular de Información Fauad Chaudri y el exministro principal de Punyab Chaudri Parvez Elahi. "Nada debe disuadiros a la hora de ir a los colegios electorales y usar el poder del voto para cambiar Pakistán", dijo Khan, quien ha pedido a sus seguidores que aguarden en las calles hasta que se anuncien los resultados.

El llamamiento a la participación, realizado igualmente por el presidente de Pakistán, Arif Alvi, se ha producido mientras las autoridades daban cuenta de otra oleada de atentados por segundo día consecutivo, pese a que 650.000 miembros de las fuerzas de seguridad han sido desplegados en todo el país. Cuatro policías han muerto en plena jornada electoral al ser atacada a tiros una patrulla y explotar una bomba en el área de Kulachi, en el noroeste, mientras que otro agente perdió la vida cuando hombres armados abrieron fuego contra el vehículo en el que vigilaba un centro de votación de la norteña localidad de Tank que se ha visto obligado a cerrar sus puertas tras lo ocurrido.

Atentado en Baluchistán

La víspera de los comicios otras 28 personas murieron en dos atentados reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI) cerca de las oficinas de los candidatos, en la provincia de Baluchistán, en el suroeste del país. A raíz de esos ataques, la agencias de orden público ordenaron el cierre de las fronteras y cortar el servicio de telefonía en las redes móviles. "La comunicación con los votantes y otras personas es muy difícil... nos enfrentamos a muchos problemas debido al cierre de Internet", lamentaba a Reuters Mehmood Chaudry, de 50 años, un maestro de escuela que emitió su voto en la ciudad de Rawalpindi. Entretanto, los funcionarios de la Comisión Electoral (ECP) han recibido varias quejas de personas que no han podido encontrar sus centros de votación por la falta de internet.

Los comicios se celebraron en medio de un fuerte resurgimiento de la violencia por parte de militantes islamistas, en particular del Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP). Waziristán del Norte se ha convertido en el gran foco de los fundamentalistas en el noroeste del país. En ese enclave el candidato Mohsin Dawar ha denunciado este jueves en una carta a las autoridades electorales que algunos colegios de su circunscripción han sido tomados por "talibanes" locales.

La seguridad se ha degradado desde que los talibanes regresaron al poder en la vecina Afganistán en agosto de 2021. A ello se suma que la economía paquistaní acusa una deuda gigantesca y una inflación que ronda el 30%. De hecho, uno de los los principales desafíos del próximo mandatario que salga elegido en las urnas será buscar un nuevo programa de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya que el acuerdo actual expira en marzo.

El partido de Sharif y los candidatos rivales afines a Khan son conscientes de que solo una alta participación podrá darles opciones de gobernar. Los analistas, en cualquier caso, coinciden en que la mayoría absoluta se antoja remota y señalan que a la Liga Musulmana de Sharif no le quedará otro remedio que formar una coalición para seguir en el poder. La opción más probable que se baraja es una alianza con el Partido del Pueblo Pakistaní (PPP), la formación heredada por Bilawal Bhutto Zardari, hijo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto y del expresidente Asif Ali Zardari. Se trataría de una reedición del ejecutivo interino que asume las riendas del país desde que Khan fue apartado del poder en 2022 por estas dos formaciones dinásticas y generalmente enemistadas que se unieron para derrocar al exjugador de críquet con el supuesto apoyo de los militares.

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