Dos años y medio de cárcel y 1.000 euros de multa le puso este martes como condena el Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano al hoy sacerdote Gabriele Martinelli, de 31 años, por violar a un menor de edad que residía con él en el seminario menor San Pío X. Ubicado en el territorio del Estado más pequeño del mundo, en este centro de formación para futuros sacerdotes viven muchachos que se preparan para el seminario y ayudan en los oficios religiosos celebrados en la basílica de San Pedro, por lo que se les conoce como los 'monaguillos del Papa'. Es la primera vez que se produce una condena por abusos sexuales a un menor cometidos dentro del Estado vaticano, aunque se teme que haya otras víctimas .

Los hechos tuvieron lugar entre agosto de 2008 y marzo de 2009, cuando Martinelli había cumplido ya los 16 años, mientras que los que habrían tenido lugar antes de esas fechas no pueden ser objeto de condena porque el agresor no tenía responsabilidad penal. Aunque solo tenía siete meses más que su víctima, que responde a las iniciales L. G., Martinelli contaba con una gran autoridad sobre él debido a la responsabilidad que le había conferido el entonces rector del seminario menor, el sacerdote Enrico Radice, que fue acusado de favorecer los abusos.

Radice fue absuelto en octubre de 2021 en primera instancia por el Tribunal vaticano por falta de pruebas, al igual que Martinelli, que en cambio ha sido ahora condenado en el nuevo proceso. La solicitud de apelación fue presentada tanto por el promotor de justicia adjunto (fiscal), Roberto Zannotti, como por la abogada del denunciante.

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Los abusos acaecidos en el seminario menor San Pío X salieron a la luz gracias a varias informaciones periodísticas. Entre los testimonios ofrecidos destaca el del compañero de habitación de la víctima, el joven polaco Kamil Tadeusz Jarzembowski, quien recuerda cómo L. G. fue abusado "más de 140 veces" por un muchacho mayor que él que acabó convirtiéndose en sacerdote.

No era cosa de chavales

El fiscal adjunto Zannotti consideró por su parte que lo sucedido no eran "cosas de chavales", sino verdaderos "actos violentos", al haber relatado una de las víctimas los abusos cada vez más graves cometidos por Martinelli, que coaccionaba a los chavales más jóvenes utilizando su poder. En particular Zanotti recordó cómo el agresor trató de vencer la resistencia que le planteaba uno de los seminaristas al decirle: "Venga, que luego te dejo servir en la misa del Papa".

Hasta 2021, cuando Francisco ordenó su traslado fuera de los Muros Vaticanos, el seminario menor San Pío X tenía su sede en el Palacio de San Carlos, un edificio situado a pocos metros de la Casa Santa Marta, la residencia para sacerdotes donde vive el Pontífice. La condena a Martinelli llega tras un largo y difícil proceso en el que el acusado ha tratado de presentar pruebas y testimonios presuntamente falsos para defenderse, mientras que el joven abusado fue "doblemente victimizado", según su abogada, por las preguntas que le hizo el Tribunal durante el primer juicio.