Un joven mata a más de quince personas en la Universidad de Praga tras asesinar a su padre

El autor del tiroteo, un estudiante de 24 años, dijo que quería quitarse la vida y se inspiró en un suceso similar en el extranjero.

Tiroteo en la facultad de Artes de la Universidad Carolina de Praga
Tiroteo en la facultad de Artes de la Universidad Carolina de Praga
Agencias

La ciudad de Praga vivió este jueves el tiroteo más trágico en la historia del país. Con un arma larga y mira telescópica, un joven abrió fuego en la Facultad de Filosofía de la Universidad Carolina de Praga matando a más de quince personas e hiriendo a una treintena. Inspirado en un terrible suceso similar ocurrido en el extranjero, el estudiante identificado como David Kozak, de 24 años, desató el caos a media tarde en la plaza Jan Palach, donde se ubica la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño.

«Odio al mundo y quiero dejar atrás la mayor cantidad de dolor posible», había publicado esta semana David en Telegram. El ataque que según las autoridades fue premeditado, comenzó en la mañana en el pueblo de Hostoun, fronterizo con Alemania. El tirador mató a su padre, dejó el cuerpo en su casa y después se dirigió a la universidad. David, que era propietario legal del arma que uso para el tiroteo y de un arsenal que tenía en casa, había confesado que quería quitarse la vida.

Entre los fallecidos está el agresor, de 24 años, que se mató de un disparo en el pasillo de la escuela cuando le perseguían los policías.
EFE

Estaba previsto que el estudiante de Historia Mundial -ganador del premio Marian Szyjkowski por su tesis de licenciatura- diera una conferencia en un edificio de la calle Celetná, cerca del centro histórico de la capital checa. El aviso del posible suicidio llegó a oídos de la Policía, que ya había desplegado un operativo de búsqueda de un joven tras encontrar el cadáver de un hombre, de alrededor de 54 años, por lo que las autoridades evacuaron la sede donde iba a tener lugar la presentación de David. Sin embargo, el tiroteo tuvo lugar en su facultad.

Las personas corrían en todas las direcciones por el centro de la turística ciudad buscando resguardarse de los disparos que se oían en el edificio. El tirador, que más tarde fue abatido por la Policía, irrumpió en el centro y empezó a disparar como «loco» en el cuarto piso y después salió a la terraza desde donde apuntaba a las personas en la plaza, según relataron los testigos.

El ataque continuaba pese a que las fuerzas de seguridad ya habían llegado al lugar e instaba al sospechoso a detenerse. Los disparos acabaron con la vida de un policía e hirieron a otros cuatro agentes.

Ocultos en las aulas

«Estamos en el tercer piso, donde disparó. Nos escondimos bien. Luego abrió fuego cerca del salón de clases y alguien gritó allí», describió uno de los estudiantes a la prensa local. El tirador se paseaba por los pasillos del edificio con su arma.

Cientos de estudiantes y profesores permanecieron atrincherados en sus aulas. Sillas, mesas y armarios... de todo fue colocado detrás de las puertas para impedir que fueran abiertas. «Es difícil de creer, pero en la pacífica Praga estamos bajo fuego», lamentó en Facebook el politólogo ruso Serguei Medvedev, profesor de la facultad. «Estaba dando una conferencia en la universidad cuando se escucharon disparos en el edificio y los cristales temblaban. Después hubo muchos gritos», relató en internet cuando aún estaba escondido junto a sus alumnos en el auditorio.

Este jueces era el último día que la biblioteca abría sus puertas antes de las vacaciones de Navidad. Los jovenes que aprovechaban las últimas horas en la sala de estudio fueron interrumpidos por un agente que desde afuera, a través de una ventana, pedía a todos esconderse. El personal reunió a unos cincuenta estudiantes en una sala de ordenadores sin ventanas, donde esperaron a que pasara la intervención policial debido al tiroteo, informó la agencia de noticias CTK.

«Nos evacuaron a todos, fue muy aterrador, había agentes por todas partes con fusiles de asalto. Nos gritaron que corriéramos afuera», describió la estudiante Klára al diario checo iDNEZ. Dos horas después del ataque la policía informaba a las personas que aún se ocultaban que podían salir. Con las manos en alto las personas evacuaron el centro temerosas ante el rumor de que había un segundo tirador.

Sin precedentes

«La República Checa nunca ha vivido un acto similar. La tragedia es profunda y tendrá muchas otras consecuencias», afirmó el ministro del Interior, Vít Rakusan. «No hay indicios en este momento de que este acto tenga alguna conexión con el terrorismo internacional», dijo. Sin embargo después de conocerse que el atacante posiblemente también tenía artefactos explosivos, la alarma por una posible bomba obligó a primeras horas de la noche a desplegar a personal para inspeccionar el campus.

Varias calles alrededor de la plaza fueron acordonadas. El comercio fue cerrado y el transporte público que suspendido, lo que produjo el colapso del tráfico en la ciudad.

A primeras horas de la noche los vecinos de las calles aledañas a la universidad esperaban para entrar a sus casas. «No puedo volver a casa, no me dejan ir. Vivo en ese apartamento desde el verano. Voy a llorar. He sido emigrante, llevo 53 años en el extranjero. Quería ir a Praga, volver a casa», dijo una mujer, recogió el iDENS.

La tragedia sin precedentes también conmocionó a los líderes europeos que enviaron sus condolencias a las víctimas e instaron por la seguridad de la población checa. «Conmocionada por la violencia sin sentido del tiroteo que hoy se cobró varias vidas en Praga. Expreso mi más sentido pésame a las familias de las víctimas y al pueblo checo en su conjunto. Estamos de pie y lloramos vosotros», escribió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En la misma línea, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y su homólogo húngaro, Viktor Orbán, lamentaron el incidente. 

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