Las mafias ahondan en su 'narcogolpe' de Estado a Ecuador con un nuevo asesinato político
Pedro Briones, del correísta Revolución Ciudadana, es abatido a tiros cinco días después dela muerte de Fernando Villavicencio.
Es Ecuador, pero parece la Colombia de los años de Pablo Escobar, el narcotraficante que amenazaba y mataba, que mandaba mensajes a los que perseguían su red mafiosa hasta el punto de decirles que resucitaría a sus muertos y los volvería a matar. Es Ecuador, que hasta 2018 parecía no estar en el mapa mundial, porque era un país donde no pasaba nada.
Al magnicidio de hace unos días del candidato a la presidencia, Fernando Villavicencio, candidato del partido Construye y que había denunciado haber sufrido numerosas amenazas por parte de la mafia, siguió el lunes el asesinato de otro dirigente político. Se trata de Pedro Briones, del partido Revolución Ciudadana, precisamente un hombre fiel al expresidente Rafael Correa -actualmente en el exilio-, a quien se acusa de estar detrás de la muerte de Villavicencio, que durante la campaña señalaba a Correa como el causante de todos los males que habían enfermado al pueblo ecuatoriano.
Como si fuera un ajuste de cuentas, apenas cinco días después, un hombre fiel a las ideas proclamadas por Correa fue asesinado de un par de disparos en la localidad de Esmeraldas, una ciudad portuaria, pero por donde la mafia del narcotráfico impone su poder. Es un lugar peligroso.
El país vive en un ambiente de miedo. Y los candidatos a gobernar la nación saben que la situación es altamente peligrosa. Existe una ola de temor y violencia. Las mafias parece que intentan un golpe al Estado o, al menos, quieren imponer su poder sobre cualquier aspirante a gobernar el país. Y todo aquel que combata o pretenda acabar con su negocio está sentenciado a morir.
Para las elecciones del próximo domingo, y después de la muerte del asesinato de Villavicencio, quedan siete candidatos. Jan Topic, desde su partido denominado "Por un país sin miedo", sigue pregonando su lucha contra los carteles de la droga, que desde la cárcel continúan dominando la delincuencia del país. En este momento, Ecuador cuenta con una población de 31. 189 presos. Es una cifra inferior a la del 2020, en la que se contabilizaron 38.146 reos, pero el poder de las mafias no ha sido reducido.
Con 18 millones de habitantes, Ecuador ha tenido gobiernos de todo tipo y también es verdad que ha sobrevivido a crisis financieras, protestas masivas y hasta un secuestro presidencial, pero nunca había tenido que vivir en un estado de emergencia, ni tampoco había tenido que suspender algunas libertades civiles para intentar controlar la alta delincuencia que vive el país.
Ecuador ha vivido pasivamente como en los últimos años, el narcotráfico ha ganado mando en las regiones menos controladas por la policía. El narcotráfico se ha introducido en la mayoría de regiones haciendo el papel que siempre ha hecho. Extorsión, compra de políticos corruptos, ganando adeptos en la juventud y, lo peor, asesinando a los que estaban en su contra. Todo tiene una similitud con la grave experiencia vivida en Colombia durante los años ochenta y noventa. En 1989, en Soacha, el candidato Luis Carlos Galán, un hombre contrario al tráfico de drogas, fue asesinado. Exactamente lo mismo que le ha pasado a Villavicencio, asesinado después de denunciar las amenazas sufridas por los carteles.
