Vacaciones a cuerpo de rey: príncipes viajeros

A Haakon y Mette-Marit es raro el verano en que no se les pille luciendo palmito en alguna playa, mientras los Reyes de Noruega veranean en uno de sus tres palacios.

El heredero de Noruega, el príncipe Haakon, y la princesa Mette-Marit
El heredero de Noruega, el príncipe Haakon, y la princesa Mette-Marit
Reuters

A mediados del mes de junio Harald de Noruega (86 años) besó suelo danés. Al rey casi no le había dado tiempo a poner los dos pies en Copenhague, en su viaje oficial al país vecino tras su último paso por el hospital por sus problemas de salud, cuando se estampó ante la reina Margarita de Dinamarca (83 años), bastón en mano. Una vez en pie, y con la ayuda de las dos muletas en las que se apoya para caminar, ambos monarcas se abrazaron como buenamente pudieron y se echaron a reír. Harald de Noruega no está para muchos trotes este verano. Los años de escapadas son cosa del pasado. De hecho, este año no embarcó en el yate en el que la Familia Real recorre los fiordos, tan solo lo hicieron los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit. Pero sí que dejó Oslo para pasar unos días en la granja de Bygdø, una de las tres residencias de verano de las que dispone.

Enclavada en una isla de nombre tan impronunciable como la casa en cuestión, el palacete fue construido en la edad media como monasterio y fue a principios del siglo pasado cuando los reyes nórdicos empezaron a utilizarlo como lugar de vacaciones. Pero con un pero. Ahí es donde Harald hace que descansa, porque las vacaciones de verdad las disfruta en la isla de Tjøme, un lugar elegido también por muchos noruegos para disfrutar de la playa (a pocos grados) y practicar deportes acuáticos. Allí se construyeron los reyes Harald y Sonia su refugio vacacional en 1992. Y allí encuentran la paz.

La tercera residencia de verano, Oscarshall, un capricho de la arquitectura neogótica noruega, se encuentra sobre un acantilado de la península de Bydoy, donde las vistas compiten con las obras que arte que alberga. Allí es donde el rey Harald organiza recepciones y veladas en esta época del año. Habrá que ver las ganas, y fuerzas, que el monarca tiene de fiesta.

Lo que está cantado es que los hijos de Harald y Sonia organizarán sus vacaciones por su cuenta. Como vienen haciendo, por otra parte, hace décadas. De un lado, la primogénita, Marta Luisa, que, camino de los 52 años, acaba de embarcarse en un reality, 'La caza', que se estrenará en octubre y en el que cuatro parejas de famosos son perseguidas por un equipo de investigadores para capturarlas. Su compañera de aventura será la influencer Tinashe Williamson. El chamán Durek Verret, su actual pareja y prometido, lo verá por televisión.

Que se ponga a trabajar

Quizás le haya pedido consejo la princesa nórdica a su cuñada Mette-Marit, que en su vida anterior, antes de pisar palacio, protagonizó la versión noruega de algo así como Mujeres y Hombres y viceversa. Dejada atrás la vida loca, disfruta la mujer del heredero de la corona, Haakon, de un momento más o menos dulce. Controlada la fibrosis pulmonar que le fue diagnosticada en 2018, una enfermedad crónica y degenerativa, su popularidad en estos últimos meses la hace respirar tranquila. Ya no hay voces en Noruega que piden que se ponga a trabajar.

Ha contribuido, y mucho, las celebraciones del 85 cumpleaños de su suegro y, sobre todo, la mayoría de edad de la princesa Ingrid. Lejos quedan porcentajes que no superaban los dos dígitos de popularidad; ahora rozan casi el 70%. Quizás por eso este año en el que Haakon acaba de celebrar su 50 cumpleaños y Mette-Marit lo hará el 19 de agosto se cuidarán muy mucho de protagonizar algún escándalo este verano. Y entiéndase por escándalo el lugar de vacaciones elegido. O, por encima del lugar, la exposición pública.

Durante años, los príncipes herederos tuvieron alquilada una casa en la isla de Dvergsøya, al sur de Noruega. Allí se vio crecer a los pequeños de la familia. El año pasado fue el último. Quizás ahora decidan unirse a los reyes Harald y Sonia en las vacaciones en alguna de las residencias estivales de la corona. Aunque lo más probable es que, viendo los precedentes, pongan tierra de por medio. Y no es nada descartable que den con sus cuerpos en alguna playa española. Ya se han dejado ver por Mallorca, por Formentera, también por Conil. Y en México y en las Maldivas. Quizás no sean los príncipes europeos más viajeros, pero sí a los que siempre les pillan.

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