Reino Unido

Un presentador estrella de la BBC gastó 40.000 euros en fotos sexuales de un menor

La víctima tenía 17 años en el momento en que comenzó el contacto con el periodista y costeaba su adicción al crack con ese dinero.

Trabajadores de la BBC en Londres.
Trabajadores de la BBC en Londres.
Reuters/HOLLIE ADAMS

¿Quién? Eso es lo que se preguntan los británicos desde que hace unos días trascendiera que un conocido presentador de la BBC había pagado decenas de miles de libras a un menor a cambio de imágenes de contenido sexual. El escándalo que ha sacudido al ente público, y que tiene a millones de espectadores pendientes de la identidad del periodista, saltó el viernes a través de 'The Sun', que publicó el testimonio de la madre de la supuesta víctima, quien tenía 17 años cuando comenzó el contacto y era "adicto al crack". "Cuando lo veo en la televisión, me siento mal. Culpo a este hombre por destruir la vida de mi hijo", narraba la mujer en el periódico más vendido en Reino Unido.

La madre decidió destapar el caso al comprobar la pasividad de la BBC, que tras conocer los hechos -el 19 de mayo fue informada por la propia familia- mantenía al presunto culpable delante de las cámaras. Su frustración la llevó hasta The Sun, que no habría abonado ni un penique por esta exclusiva. "Todo lo que quiero es que este hombre deje de pagarle a mi hijo por fotos sexuales y que deje de financiar la adicción a las drogas de mi hijo", explicó la mujer al tabloide. El presentador, según su relato, mantuvo relación con la víctima desde que era menor (17) hasta hace poco (ahora tiene 20 años), un tiempo en el que llegó a ingresarle más de 35.000 libras, unos 40.000 euros al cambio.

El periodista no fue precisamente cauto a la hora de no dejar rastro de su delito ya que su nombre quedó reflejado en cada depósito que hizo a la víctima, quien un día decidió enseñar los extractos bancarios a su madre. Había "grandes sumas, cientos o miles de libras" abonadas por el periodista. "Una vez había enviado 5.000 de una sola vez. El dinero había sido a cambio de fotografías sexualmente explícitas", aseguró ella, consciente de que su hijo -o hija, porque no se ha revelado su género- se valía de esas cantidades para comprar droga. La mujer reconoció que era "un joven despreocupado" que en tres años pasó a ser "un fantasma adicto al crack". Si los pagos hubieran continuado, estaría "muerto".

El relato ha causado tal revuelo en Reino Unido que el propio Gobierno británico comunicó el domingo que había ordenado al ente público investigar las acusaciones sobre uno de sus periodistas "con urgencia y sensibilidad". Y eso es lo que sostiene el grupo audiovisual que le ocupa desde hace días a pesar de que la madre les contactó "por primera vez" en mayo. "Se trata de una serie de circunstancias complejas y cambiantes, y la BBC está trabajando lo más rápidamente posible para esclarecer los hechos", añadieron desde la compañía, que se ha reunido este lunes de manera virtual con detectives de la unidad especializada en delitos de la Policía londinense.

Sus compañeros están "hartos"

La acusación contra una estrella de la tele ha levantado en el país todo tipo de especulaciones sobre su identidad y en los pasillos de la BBC existe un enorme malestar entre sus compañeros. El resto de periodistas que dan la cara ante las cámaras de la cadena están "hartos" de que la audiencia les apunte con el dedo -lo que ha obligado a más de uno a salir al paso- y el presunto culpable siga callado. El ente público tampoco ha hecho mucho para acabar con el caos. El domingo informó de que "un miembro varón del personal ha sido suspendido", sin dar más detalles que pudieran atajar los rumores. La madre del menor ha confirmado que se trata de un rostro muy conocido de la televisión. Hasta hace unas semanas, ella misma se contaba entre sus seguidoras.

La denuncia de esta mujer hace más profunda la crisis que el ente público sufre desde hace años, y no sólo por la huida de espectadores que sufre la televisión convencional desde que aparecieron plataformas como Netflix. En el caso de la BBC, va de escándalo en escándalo aunque los últimos tenían que ver con su dudosa imparcialidad. Hace sólo unos meses, en abril, su entonces presidente, Richard Sharp, se vio obligado a dimitir tras una polémica por un conflicto de intereses en torno a su nombramiento en 2021. Un informe concluyó que había violado las reglas internas al no declarar que había ayudado al entonces primer ministro, el controvertido Boris Johnson, a obtener un préstamo.

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