Violencia sin control y "escenas de guerrilla" en Francia: Macron envía refuerzos

El presidente francés aplaza su viaje de Estado a Alemania por los disturbios, que han supuesto 1.311 arrestos en una noche.

Un bombero apaga un vehículo en llamas en un suburbio de París
Un bombero apaga un vehículo en llamas en un suburbio de París
Reuters

La violencia que sacude Francia tras la muerte, el pasado martes, de un adolescente de 17 años en un control policial, sigue fuera de control. A los disturbios en París y decenas de ciudades, que supusieron la detención de nada menos que 1.311 personas en la noche del viernes, se suma la situación de excepcional caos que viven Marsella, Lyon o Grenoble, donde el Gobierno ha enviado refuerzos ante lo que se califican ya de "escenas de guerrilla" por las autoridades.

El presidente, Emmanuel Macron, sigue el curso de los graves incidentes desde el Palacio de El Eliseo. El líder galo decidió este sábado

aplazar su visita de Estado a Alemania "teniendo en cuenta la situación interior" y habló con su homólogo, Frank-Walter Steinmeier, para comunicarle que "deseaba poder permanecer en Francia estos próximos días". La visita de Estado, la de mayor rango protocolario, ha sido aplazada "a una fecha posterior", sin precisar cuándo tendrá lugar.

Steinmeier, que sigue de cerca "con mucha atención" lo que ocurre en territorio galo, confió en que "la violencia en las calles termine lo antes posible y que se pueda restablecer la paz social", según un comunicado de Berlín.

De haber tenido lugar el desplazamiento, Macron hubiera sido el primer presidente francés en realizar una visita de Estado a Alemania en 23 años. El último que la hizo fue el conservador Jacques Chirac en el 2000. En esta ocasión, la finalidad era la de relanzar el denominado 'motor franco-alemán' tras las tensiones de los últimos meses entre Berlín y París, que habían llevado a suspender el consejo de ministros entre ambos países del pasado octubre. Oficialmente fue por problemas de agenda, aunque en realidad la causa radicó en las divergencias de fondo en materia de defensa y de política energética que mantienen los dos gobiernos.

Francia es escenario desde el martes de una oleada de violencia inusitada. La noche del viernes, 1.311 personas fueron detenidas en disturbios, saqueos y enfrentamientos con las fuerzas del orden. Desde que comenzaron las protestas, el número de arrestados asciende a 2.367 en todo el país. El 30% de ellos son menores, según el Ministerio de Justicia. La edad media es de 17 años, aunque hay también niños de 12 y 13 años entre los alborotadores.

Solo durante la noche del viernes hubo 2.560 incendios en la vía pública, 1.350 vehículos resultaron quemados y otros 234 fuegos afectaron a edificios, según las autoridades. Esta pasada madrugada se esperaban de nuevo fuertes episodios de violencia, sobre todo en el centro de París según los mensajes difundidos por varios grupos anónimos de alborotadores que llamaban a concentrarse en los

Los saqueos están a la orden del día. Al menos una decena de centros comerciales, 200 grandes supermercados, 250 estancos, otras tantas oficinas bancarias, así como numerosas tiendas de ropa y de deportes y restaurantes de comida rápida han sido asaltados, destrozados o incluso totalmente quemados. El valor de las mercancías robadas es difícil de calcular.

El Gobierno movilizó este sábado 45.000 policías y gendarmes en todo el país, de los que 7.000 se encuentran en la región parisina,, para tratar de restablecer el orden después de que las imágenes de violencia y saqueos dieran la vuelta al mundo a un año de los Juegos Olímpicos de París 2025. El día anterior el despliegue fue idéntico, pero no impidió el caos.

Desde una comisaría y rodeado de agentes, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció el envío de refuerzos a Marsella, Lyon y Grenoble, después de que así se lo pidieran sus alcaldes para tratar de recuperar el control de las calles. Las fuerzas del orden se vieron desbordadas el viernes en Marsella y Lyon. "El balance de la noche se resume en una sola palabra: apocalíptico. Hemos tenido escenas de guerrilla en el centro de Marsella, los barrios del norte también se han visto afectados por saqueos e incendios de vehículos y contenedores de basura", explicó ayer Rudy Manna, secretario del sindicato Alliance Police en Bocas del Ródano.

Brigadas especiales

Para evitar que esto vuelva a repetirse, Darmanin anunció el despliegue en Marsella del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN), de cinco unidades de fuerzas móviles suplementarias y de 200 agentes antidisturbios. A Lyon ha sido enviada una unidad antidisturbios, la llamada CRS 8, especializada en violencia urbana, y otras brigadas móviles,

"Es la República la que va a ganar, no los alborotadores", aseguró Darmanin. El ministro advirtió a los violentos: "La próxima persona que toque a un policía o un gendarme que sepa que será encontrado y, espero, condenado con firmeza", dijo ante las cámaras Darmanin, quien sueña con ser primer ministro.

Coches incendiados en Nanterre, cerca de París
Coches incendiados en Nanterre, cerca de París
YVES HERMAN

Marsella y Lyon no decretaron el toque de queda, a diferencia de otras ciudades francesas que apostaron por ello, como, por ejemplo, Clamart. Desde el Ayuntamiento marsellés pidieron a los comerciantes y dueños de restaurantes que cerraran sus puertas, recomendaron a los habitantes que evitaran el centro y les pidieron a los vecinos que no sacaran la basura ni escombros para evitar su uso por parte de los violentos para hacer hogueras o como arma arrojadiza. También se suspendió el transporte público por la tarde para evitar que los radicales pudieran desplazarse con facilidad.

Ante el temor de que los saqueos y los destrozos se extiendan al centro de París, muchos comerciantes de la capital cubrieron anoche sus escaparates con tablones, como si se tratara de un campo de batalla. Tras la muerte de Nahel, la confianza hacia la Policía se mantiene, pero sin alardes. Según 'Le Figaro', el 57% de los ciudadanos apoya a la Policía, pero tres de cada diez manifiestan miedo u hostilidad. El 69% de los galos está a favor de que el Gobierno decrete el estado de emergencia para detener la actual ola de violencia.

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