El ejército de Trump se desmorona

Pese al llamamiento del expresidente de través de las redes, solo unos cientos de seguidores salieron a protestar.

FILE PHOTO: FILE PHOTO: Former U.S. President Donald Trump indicted by a Manhattan grand jury
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MARCO BELLO

Lo principal para que cualquier Ejército funcione son órdenes claras: "¿Y qué significa exactamente lo de '¡Protestad, protestad!'", se preguntaban los seguidores de Donald Trump en los chats, después de que su comandante en jefe colgase esa orden en la plataforma Truth Social. 

"No voy de gilipollas, pero uno pensaría que podía habernos dado instrucciones un poquito más explícitas si realmente quería que decenas de miles de personas hicieran algo efectivo para apoyarle, ¿no?", vacilaba uno en Telegram.

Tampoco ayudó que anunciasen con contundencia que su arresto se produciría el martes 21 de marzo, cuando sus propios abogados reconocieron no tener ninguna indicación de la fecha. Para cuando por fin llegó, este martes 4 de abril, muchos habían perdido el poco impulso que tenían y a otros les había invadido la paranoia. 

En las redes sociales y los chats que frecuentan sus seguidores, cada propuesta de alboroto era seguida por una teoría conspiratoria. ¿Sería una trampa? ¿Estarían allí los federales esperando para arrestarles?

Los negacionistas que aún creen que a Trump le robaron las elecciones también piensan que el asalto al Capitolio estuvo orquestado por anarquistas enmascarados de antifaz, que les incitaron a la insurrección para que cayeran en manos de la policía

Más de mil han sido condenados y, según las cuentas de NPR, el 58% ha recibido penas de cárcel. Aún quedan otros tantos procesos judiciales abiertos. Les ganó la euforia del momento y creyeron que el poder de la masa les haría invulnerables. Sus propios vídeos y fotos colgados en las redes sociales han servido de pruebas contundentes ante los tribunales, sin que ni eso ni nada pueda convencer a los conspiracionistas de que fueron ellos mismos los autores de aquella rebelión, porque siempre encontrarán alguna teoría disparatada para evadir la realidad más incómoda.

Arduos seguidores

"Creo que 'protestad' es un mal consejo por parte de Trump", le cuestionaba otro seguidor en las redes sociales. "A menos que estés dispuesto a hacer una verdadera insurrección, haciendo prisioneros (o algo peor) a todos los opresores, no tiene sentido aquí lo de 'protestad'".

Después del precio tan alto que han pagado los insurrectos del 6 de enero, a los más arduos seguidores que podían hacer de líderes de nuevas protestas no les han quedado ganas de más. "Yo ya me he jubilado", dijo en Twitter Alexander Ali, uno de los organizadores del mitin 'Stop the Steal' (Parad el Robo) que derivó en el asalto al Capitolio. El líder de ultraderecha que incluso pidió un golpe de estado en Brasil cuando Luiz Inácio Lula da Silva venció a Jair Bolsonaro en las urnas dijo esta vez haber hablado con el polémico locutor Alex Jones, condenado a penas multimillonarias por sus teorías conspiratorias. 

"Él tampoco va a protestar. Los dos tenemos ya suficiente luchando contra el Gobierno. Ningún multimillonario paga nuestras facturas".

Hubo algunos que vencieron el miedo y todas esas objeciones para acudir este pasado martes al parque de Collect Pond que la policía De Nueva York convirtió en corralito para que los manifestantes a favor y en contra de la imputación de Trump disfrutasen de su derecho a la libertad de expresión. 

Entre el par de cientos que defendían a Trump se encontraba Michelle Bramlett, que había arrastrado para esta empresa a su hija y el novio de esta. Durante el trayecto de dos horas desde Saugerties, al norte de Nueva York, hasta el Bajo Manhattan pactaron un plan de retirada que, de haberles hecho falta, no les hubiera llevado muy lejos

"Si la cosa se pone fea vamos a agarrarnos de las manos para no perdernos y caminar hacia el parque que está al otro lado de la calle (Foley Square)", explicó la mujer de 61 años. Admitía que esa mañana les había embargado "el miedo y los nervios", pero les movía la convicción de que "si le pueden hacer esto a un presidente, también a cualquiera de nosotros".

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