Meloni, primera mujer que gobernará Italia ¿del postfascismo a la moderación?

La que ha pasado en pocos meses de ser la líder del posfascista Hermanos de Italia a moderar su discurso, tendrá que mostrar en su investidura el verdadero rostro de su política.

Italy's newly appointed Prime Minister Giorgia Meloni attends a meeting with Italian President Sergio Mattarella at the Quirinale Palace, in Rome
Giorgia Meloni, primera mujer que gobernará Italia
YARA NARDI

Giorgia Meloni, la primera mujer que gobernará Italia, ha pasado en pocos meses de ser la líder del posfascista Hermanos de Italia (FdI), que jaleaba consignas soberanistas y posiciones contra el movimiento LGTBI, a moderar su discurso, aunque para algunos será difícil que frene las posiciones más ultraderechistas dentro de la coalición que la apoya.

Después de aceptar este vienes el encargo del presidente de la República, Sergio Mattarella, para formar Gobierno, al ser la líder del partido más votado, Meloni, que tras las elecciones del 25 de septiembre ha mantenido un perfil bajo, tendrá que mostrar en su discurso de investidura el verdadero rostro de su política.

La incógnita ahora es saber si será la líder que en el mitín del la formación ultraderechista española Vox en Andalucía clamaba a favor de "la familia natural" y contra lo que definía "el lobby LGTB", mientras abogaba por "la soberanía de los pueblos" contra "los burócratas de Bruselas".

O la que este mismo miércoles pedía "claridad" a sus futuros ministros sobre la "inequívoca" posición de Italia "que forma parte, plenamente y con la cabeza alta, de Europa y de la Alianza Atlántica", después de que su socio Silvio Berlusconi justificara la invasión de Ucrania.

Sin apenas dejarse ver en público desde las elecciones, las declaraciones de Meloni se limitan a comunicados enviados a los medios en los que ha apoyado a Ucrania frente a la agresión rusa y las sanciones a Moscú, ha condenado las acciones de Vladímir Putin y ha elogiado a la UE por los "pasos adelante ante la crisis energética".

Meloni (Roma, 1977) comenzó a militar con 15 años en el Frente de la Juventud, la organización juvenil del antiguo Movimiento Social Italiano (MSI), fundado por los últimos fascistas, cuando además de declarar que Benito Mussolini "fue un buen político" se oponía a celebrar el Día de la Liberación del nazifascismo por considerarlo "divisivo".

Pero el pasado 16 de octubre, con motivo del aniversario de la redada del gueto de Roma en 1943, arremetió contra “la furia nazi-fascista” que provocó "la vil e inhumana deportación de judíos romanos: mujeres, hombres y niños fueron arrebatados de la vida, casa por casa".

"Un horror que debe ser un aviso para que ciertas tragedias no vuelvan a repetirse. Un día trágico, oscuro e incurable", declaró entonces Meloni, recordando que más de mil judíos de Roma fueron deportados y de ellos solo regresaron 15 hombres y una mujer.

Y aunque ya no grita frases como: "El euro es una moneda equivocada... proponemos la disolución pactada de la zona euro", como en 2018, lo cierto es que para algunos podría haber un enfrentamiento con la UE ante la firme intención de Meloni de reabrir las negociaciones para revisar el Plan de Recuperación, así como la posibilidad de aumentar la ya altísima deuda pública italiana.

A pesar de que a sus 45 años se convertirá en uno de los jefes de Gobierno más jóvenes de la historia italiana, Meloni cuenta ya con una amplia carrera política, desde que en 2006, con 29, fue elegida en la lista de la Alianza Nacional (AN), que surgió tras la disolución del MSI, para la Cámara de Diputados, de la que fue vicepresidenta hasta 2008.

Entonces fue nombrada ministra de la Juventud en el Gobierno de Berlusconi, después de que la formación del magnate, Forza Italia (FI), ganara las elecciones en coalición con AN, iniciando un ascenso meteórico con 31 años que la llevó a crear FdI e impulsarlo desde el 4 % de los votos obtenidos en 2018 al 26 % de hace unas semanas.

El principal problema de la "nueva" Meloni será frenar las posiciones más ultras de sus socios de Gobierno: la ultraderechista Liga, de Matteo Salvini, cuyos exponentes siguen, por ejemplo, criticando las sanciones de la UE, o la conservadora FI de Berlusconi, quien en unas recientes declaraciones filtradas aseguró haber retomado su amistad con Putin, quien según él le regaló 20 botellas de vodka y una "carta amabilísima" por su cumpleaños.

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