El funeral de la reina Isabel II desborda Londres y atrae la atención del mundo
La gran procesión civil en torno al féretro da paso al homenaje de los dignatarios en el velatorio y al entierro de la difunta en Windsor.
El Gobierno británico pidió a media tarde de este domingo que el público no se uniese ya a la cola para visitar la capilla ardiente de la reina Isabel II. Comenzaba así el cierre de la gran procesión civil que ha saludado a la figura de la monarca desde el miércoles, y el foco giró hacia el funeral y el entierro, este lunes. Los mandatarios llegaban a Londres y la Policía aseguraba la zona en torno al Palacio de Buckingham y la abadía de Westminster.
El tiempo pasado en la cola para llegar a Westminster Hall desde su origen se iba reduciendo a lo largo del día. Con la temperatura cayendo desde el jueves, la larga cola se ha cobrado más de un millar de percances. El servicio de ambulancias contaba 98 atendidos durante la noche del sábado, 368 durante la jornada, con 55 necesitando hospitalización.
En el mercado 'ebay', sus gestores retiraron las ofertas de venta de muñequeras de plástico que servían como entrada al recinto y salvoconducto para regresar a la misma posición en la cola tras abandonarla, para comer o ir al baño. Estas bandas usadas habrían atraído pujas por decenas de miles de libras, pero 'ebay' prohíbe la venta de entradas a eventos que son gratuitos, y las retiró.
Se espera que cerca de un millón de personas se desplieguen este lunes por las calles y parques en torno al espacio del funeral y de la hospitalidad para los invitados. A diferencia de lo ocurrido en el funeral de Diana hace 25 años, también tumultuoso, el cortejo no partirá de un lugar relativamente alejado de la abadía de Westminster, como era el palacio de Kensington, domicilio de la princesa.
Esta vez el recorrido del féretro es breve. Consiste en cruzar una calle. Pero la Policía desplegará 10.000 oficiales para velar por la seguridad de los VIPS, que serán transportados en autobús hasta cerca de la puerta de la abadía y, tras la ceremonia, llevados a una recepción y almuerzo en Lancaster House, frente al Palacio de Buckingham. Tres mil agentes asegurarán el tránsito del coche funerario hasta el castillo de Windsor, donde será enterrada.
Matriarca
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, honró los restos de Isabel II en Westminster Hall, acompañado de la primera dama, Jill, y afirmó después que la reina le recordaba a su madre, "por la manera en la que miraba, como preguntando si estabas bien, si querías algo". Dijo también, "al pueblo británico", que ha sido "afortunado de tenerla durante 70 años". "Todos lo hemos sido", añadió. "El mundo es mejor gracias a ella".
La nueva princesa de Gales, Catalina, recibió en Buckingham a Olena Zelenska, esposa del primer ministro de Ucrania. Se sabe también que tanto el rey como la primera ministra recibieron a gobernadores generales y primeros ministros de los países de la Commonwealth y otros dignatarios, pero la Casa Real se negó a publicar la lista de invitados a lo que algunos medios calificaban como la "recepción del siglo", por el número de jefes de Estado y Gobierno congregados en torno a la figura de la longeva reina británica.
La reina consorte, Camila, emitió un mensaje televisado como prólogo al sonar de la campana de la Torre de Isabel, más conocida como el Big Ben, que a las 20.00 horas marcó el inicio de un minuto de silencio en recuerdo de la matriarca británica. Camila destacó la personalidad de la reina fallecida como una mujer pionera en un mundo dominado de manera abrumadora por los hombres.
La joven Margaret Thatcher anotó su coronación como una posible apertura de posibilidades para que las mujeres tuviesen papeles más relevantes. En su reinado, tres mujeres han sido primeras ministras del Reino Unido. Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, le pidió consejo sobre como compaginar la vida pública y la maternidad. "Tienes que seguir adelante", le dijo la reina. Ardern lo ha recordado ahora como un consejo práctico y realista.
