Una nube radiactiva procedente de Rusia recorrió Europa en octubre

Las autoridades francesas atribuyen a un probable accidente nuclear producido en Rusia la nube radiactiva detectada a comienzos de octubre en varios países europeos. Los niveles de rutenio-106 medidos en Europa occidental son inocuos para la salud humana y el medio ambiente. Kazajstán y Rusia han negado toda implicación pese a que las simulaciones meteorológicas sitúan el foco entre el Volga y los Urales en torno a la ciudad de Perm.

Catorce países, por lo menos, han comprobado la presencia de rutenio-106 en el aire. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha recopilado unas 400 mediciones de ese radioelemento. El resultado más alto fue de 0,15 becquereles por metro cúbico y se detectó el 30 de setiembre en Rumanía. En Francia el nivel más elevado se registró en Niza entre el 2 y el 9 de octubre con 46 microbecquereles por metro cúbico de aire.

La Autoridad de la Seguridad Nuclear francesa afirma que "el descenso de las actividades medidas, que ya están por debajo del umbral de detección, muestra que este episodio hoy está terminado". Desde el 13 de octubre no se ha detectado ese elemento en Francia.

El rutenio-106 no existe en estado natural. Su presencia en la atmósfera obedece forzosamente a una actividad humana. La AIEA ha descartado la hipótesis de la caída de un satélite equipado con un generador eléctrico por rutenio.

Hipótesis

Su presencia en la atmósfera tampoco puede estar originada por un accidente en un reactor nuclear. En ese caso el radioelemento debería estar acompañado de isótopos radiactivos de cesio, que no han sido detectados.

Queda la posibilidad de un accidente en una planta de reciclado de combustibles nucleares usados o en una fábrica de tratamientos medicinales con rutenio, que es empleado para irradiar ciertos tumores. En todo caso el vertido habría requerido aplicar medidas de protección de la población en un radio de varios kilómetros.