Suecia compra basura

El país nórdico ha desarrollado un sistema de reciclaje tan logrado que se está quedando corta con la basura que necesita para sus plantas de combustión de residuos. De la quema de esa basura, el país nórdico obtiene energía que transforma, por ejemplo, en electricidad y lo hace también que es autosuficiente.

De la quema de residuos se puede obtener energía.
De la quema de residuos se puede obtener energía.
A. Alcorta

Suecia ha desarrollado un sistema de reciclaje tan logrado que se está quedando corta con la basura que necesita para sus plantas de combustión de residuos. De la quema de esa basura, el país nórdico obtiene energía que transforma, por ejemplo, en electricidad y lo hace tan bién que es autosuficiente. Tanto, que ha decidido que lo mejor es importar basura de los países vecinos para seguir alimentando sus plantas de valorización de residuos. Según los datos ofrecidos por el Gobierno de Estocolmo, el país importa nada menos que 700.000 toneladas de basura.

Gracias a este extremo aprovechamiento de los residuos, el país escandinavo presume de reciclar el 99% de los residuos producidos por sus ciudadanos. Algo que suena impresionante, tanto que parece mentira, y el caso es que, en realidad lo es: lo que se debe decir, si se quiere ser riguroso, es que Suecia utiliza el 99% de los residuos que produce, de alguna manera u otra. Aproximadamente el 50% se reutiliza, gracias a un complejo sistema de contenedores y la colaboración de los ciudadanos suecos, y el resto se utiliza de alguna manera, como quemarlos para producir calor o energía. Lo cual, evidentemente, no es reciclar, aunque sí es un uso y eliminación de la basura.

¿Son un buen ejemplo? “Si pensamos en la reducción de emisiones, quemar nunca es una buena solución”, afirma Mar Fernández, química y miembro del Observatorio de Medio Ambiente de Aragón, como responsable de Medio Ambiente en UGT Aragón. “Por cada hora megavatio producida en una central de residuos se emiten 1,35 toneladas de CO2; una de hora generada con carbón produce 1,02 toneladas, y si es con gas natural se emiten 0,52 toneladas. Eso si nos fijamos solamente en el CO2, no hablemos ya de las dioxinas o el furano que se producen en la incineración y que sabemos que son gases cancerígenos. No lo son el momento de la combustión pero luego en la atmósfera se recombinan”. Quemar basura no es pues algo tan limpio.

¿Por qué lo hace un país tan ecológicamente concienciado como Suecia? “Puede haber un problema de espacio para vertederos –dice Fernández-, pero sobre todo hay que tener en cuenta que los suecos son muy responsables con el reciclaje, discriminan los residuos en muchos más tipos de contenedores que nosotros y los depositan cada uno en el que le corresponde. Después de ser así de cuidadosos, aún les queda algo de basura que es la que queman”.

¿Deberíamos seguir entonces su ejemplo? Recordemos que en Aragón está prohibida la quema de residuos para su valorización energética. Fernández lo tiene claro: “No, porque todavía nos queda mucho por mejorar hasta llegar al nivel de los suecos. Lo primero que hay que hacer es consumir menos para producir menos residuos, separar tanto como hacen ellos para reciclar todo lo que sea posible y después, cuando ya solo nos quede algo con lo que ya no se puede hacer nada más, podemos pensar en la combustión para energía. Permitirlo ya haría que no nos esforzásemos para ninguna de esas cosas”.

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