El día a día de Hitler

Un informático aficionado a la historia publica tras 25 años de investigación la obra más minuciosa sobre la vida del dictador alemán.

El día a día de Hitler
El día a día de Hitler

La vida del dictador nazi Adolf Hitler ya no tiene secretos. Por lo menos en lo que a su agenda diaria se refiere. Una nueva y abultada documentación que se publica ahora en Alemania detalla minuciosamente cada paso que dio a lo largo de su vida el fundador del nacionalsocialismo y el III Reich desde su nacimiento el 20 de abril de 1889 en la localidad austríaca de Braunau am Inn hasta su suicidio en el búnker de la Cancillería el 30 de abril de 1945. Día a día. Una impresionante obra de mas de 2.400 páginas en cuatro volúmenes que ha entusiasmado a los historiadores por su minuciosidad y detalle. 'Hitler. El itinerario' se titula el compendio que llena todos los vacíos cronológicos en la biografía del instigador de la Segunda Guerra Mundial. Su autor, Harald Sandner, no es, sin embargo, un prestigioso historiador, sino un informático aficionado a la historia que ha dedicado casi un cuarto de siglo a recabar los datos para su obra en archivos, bibliotecas, hemerotecas y fondos documentales. El título hace referencia a la forma en la que los historiadores documentan las rutas de los viajes de los reyes y señores del Medievo.


Su escrupulosa investigación se suma a las mas de 80 biografías serias publicadas hasta ahora sobre Hitler, pero además corrige errores y fallos cronológicos y, como si fuera un moderno navegador, localiza la situación geográfica del dictador cada día de su vida. Sandner confiesa que su fascinación por el capítulo mas negro de la historia de Alemania comenzó cuando solo tenía 13 años y leyó la obra sobre el Führer de Joachim C. Fest. Más adelante descubrió que Coburgo, su ciudad natal, ocultaba su pasado nazi. Las crónicas oficiales dicen que el genocida solo visitó 3 veces esa ciudad y Sandner ha demostrado que fueron 17. En Coburgo llegó al poder "el primer alcalde nazi de la historia y se produjeron también los primeros pogromos contra los judíos, algo terrible, en plena calle y a la luz del día", explica el historiador aficionado, que trabaja en la gestión informática de datos para una gran empresa logística. Esa habilidad le ha ayudado a manejar cantidades ingentes de información y acabar con leyendas como la de que Hitler evitaba viajar a Hamburgo porque no le gustaba. Su estudio revela que entre 1926 y 1939 estuvo 75 días en la ciudad portuaria.


"Ha sido como montar un rompecabezas gigante", explica Sanders, quien reconoce que con el tiempo su investigación se convirtió en obsesión. Durante las dos últimas décadas ha renunciado a tomar vacaciones, ha pasado muchas noches en vela y ha gastado miles de euros en viajes para seguir la pista del dictador. Como la semana del 1 al 7 de octubre de 1938, en la que a bordo de su tren oficial, Hitler viajó de Múnich a Berlín y de allí a Sajonia, Baviera y los Sudetes en una frenética concatenación de visitas a distintas localidades. Tan solo el 6 de octubre visitó Schluckenau, Rumburk, Jonsdorf-Krombach, Lückendorf, Kratzau, Friedland y Greiffenberg, poblaciones todas ellas en las que ofreció un discurso. Gracias a una factura encontrada en los Archivos Federales Sanders descubrió que el 17 de septiembre de 1931, el dictador compró en el almacén Michael Dichtl & Söhne en Múnich cuatro ruedas y no las pagó hasta recibir una amonestación.


El autor subraya que, al igual que con los reyes en el medievo, el centro neurálgico del III Reich se encontraba allí donde estaba el dictador. "Donde estaba Hitler, estaba el poder", comenta Sanders, quien subraya que el Führer tomaba decisiones relevantes en lugares arbitrarios y que por eso es importante saber dónde y en compañía de quien lo hacía para explicar muchas cosas. Los últimos misterios se desvelan.

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