Madaya prueba bocado por primera vez en meses y espera evacuar a sus enfermos

Según el activista Nasir Ibrahim, las personas que lograron salir de esta urbe pertenecen a un grupo de desplazados originarios de la vecina ciudad de Al Zabadani.

Un total de 4,5 millones de personas residen en zonas de difícil acceso en Siria.
Un total de 4,5 millones de personas residen en zonas de difícil acceso en Siria.
Afp

Los vecinos de la asediada localidad siria de Madaya, al noroeste de Damasco, tuvieron hoy algo que llevarse a la boca tras el reparto el lunes de ayuda humanitaria, mientras se espera la evacuación de 400 enfermos que necesitan atención médica.


No obstante, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán, declaró a Efe que unas 300 personas han salido de la población, donde todavía quedan 400 pacientes enfermos pendientes de evacuación.


Esta información no ha sido confirmada por ninguna de las organizaciones humanitarias que participaron en el convoy que ayer introdujo comida, medicinas y otros productos básicos en Madaya, que sufre desde julio el cerco impuesto por el Ejército sirio y su aliado, el grupo chií libanés Hizbulá.


Unos 44 camiones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el Programa Mundial de Alimentos de la ONU y de la Media Luna Roja se encargaron de trasladar hasta la pasada madrugada la asistencia a Madaya; y otros 21 lo hicieron a los pueblos asediados de Fua y Kefraya, en el norte de Siria.


Desde el interior de Madaya, el activista Nasir Ibrahim explicó a Efe por internet que las personas que lograron salir de esta urbe pertenecen a un grupo de desplazados originarios de la vecina ciudad de Al Zabadani que habían quedado atrapados por el cerco. "Ningún vecino de Madaya que solicitó salir pudo abandonar la ciudad, Hizbulá rechazó su petición", lamentó Ibrahim.


Entretanto, agregó, "hay 400 casos de enfermos en Madaya que necesitan ser evacuados inmediatamente para ser atendidos, entre ellos Manar Mahmud", una niña de diez años con síntomas aparentes de meningitis cuya vida peligra.


El activista detalló que los médicos aún no han podido diagnosticar con certeza la dolencia que sufre la pequeña Manar por la falta de medios y de un laboratorio en el centro sanitario local.


En declaraciones este martes a Efe, el portavoz del CICR en Siria, Pawel Krzysiek, que ayer tuvo la oportunidad de acceder a Madaya, precisó que más que un hospital lo que hay en la población es un dispensario médico con camas insuficientes, por lo que algunos enfermos yacen en el suelo. "Hay personas en necesidad urgente de tratamiento", apuntó Krzysiek, quien precisó que su organismo ha identificado los casos de los que necesitan ser evacuados en primer orden.


Tras una reunión anoche del Consejo de Seguridad de la ONU, el jefe humanitario de las Naciones Unidas, Stephen O'Brien, advirtió de que cientos de personas debían ser evacuadas inmediatamente de Madaya para recibir atención médica, pues podrían fallecer.


Mientras los facultativos tratan de hacer lo que pueden para salvar a los enfermos en el centro sanitario de Madaya, el resto de residentes aprovecharon hoy para descansar y comer algo de lo que han recibido gracias al convoy humanitario.


Pese a que la caravana de camiones terminó de llegar la pasada madrugada, la distribución de la ayuda entre los civiles se ha extendido hasta esta mañana. Cada familia ha recibido cinco kilogramos de azúcar, uno de garbanzos, uno de sal, diez de arroz, cuatro de bulgur (grano de trigo partido), cinco de habichuelas, seis latas de judías, dos botes de pasta de tomate y cinco litros de aceite.


Madaya, próxima a la frontera con el Líbano, sufre el cerco desde el pasado julio y tiene a una población de más de 40.000 personas en riesgo de morir de hambre. Desde julio, en alguna ocasión ha podido entrar asistencia, pero a partir de octubre el asedio se intensificó y ha sido imposible el acceso de la población a la asistencia.


Las organizaciones humanitarias han avanzado que un nuevo convoy llegará a Madaya en los próximos días, así como a Fua y Kefraya, de mayoría chií y asediadas por el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda.


Según Médicos Sin Fronteras, al menos 28 personas han muerto de hambre en Madaya desde el pasado 1 de diciembre en el centro sanitario al que ofrece apoyo la organización.


La ONU estima que 4.500.000 sirios residen en zonas a las que es muy difícil acceder, y de ellos, 400.000 sobreviven bajo asedio.

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