Rusia y Ucrania se enzarzan en una guerra comercial

Putin ha ordenado la suspensión a partir del 1 de enero del acuerdo de libre comercio con el país vecino.

RUSIA EEUU SIRIA CONFLICTO
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SERGEI KARPUKHIN /

Rusia y Ucrania, enfrentados por el apoyo militar ruso a los separatistas ucranianos, se han enzarzado ahora en una guerra comercial con Crimea como víctima propiciatoria y la Unión Europea (UE) como testigo de excepción.


El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó hoy la suspensión a partir del 1 de enero del acuerdo de libre comercio con el país vecino "debido a las exclusivas circunstancias que afectan a los intereses y a la seguridad económica de Rusia".


De esta forma, dentro de dos semanas quedará anulado el acuerdo suscrito en octubre de 2011 para la creación de una zona de libre comercio con Ucrania en el marco de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI).


El decreto presidencial fue promulgado pocas horas después después de que Ucrania anunciara que impondrá un bloqueo comercial a Crimea, península anexionada por Rusia en marzo de 2014.


Rusia había advertido que anularía las preferencias comerciales con Ucrania si ese país y la Unión Europea no tenían en cuenta sus preocupaciones a la hora de poner en marcha el próximo año su Acuerdo de Asociación.


Según explicó hoy el Ministerio de Economía, Rusia restablecerá los aranceles aduaneros para las exportaciones ucranianas y retirará las preferencias en materia de servicios, migración e inversiones, entre otras.

Putin mantiene que la asociación entre Ucrania y los Veintiocho perjudicará a la economía rusa, ya que su mercado se llenará de productos europeos baratos y de buena calidad, por lo que la UE y Kiev acordaron aplazar su entrada en vigor.


Recientemente, el ministro de Economía, Alexéi Uliukáev, se mostró muy pesimista sobre la posibilidad de lograr un acuerdo con Kiev y Bruselas, aunque hoy dejó una puerta abierta a un acuerdo "in extremis".


"El decreto (de Putin) entrará en vigor el 1 de enero. Iré a Bruselas (el 21 de diciembre). Creo que la puerta aún no está del todo cerrada, por lo que creo que aún podemos arreglarlo si hay buena voluntad entre los participantes", señaló.


Rusia exige un acuerdo vinculante a tres bandas que garantice la defensa del mercado ruso, mientras Ucrania se muestra dispuesta a establecer un período transitorio para suavizar el impacto del acuerdo.


Con todo, la decisión hoy de Ucrania de imponer en un plazo de 30 días un bloqueo a la península de Crimea ha precipitado los acontecimientos.

"Por decisión del Gobierno de Ucrania quedan prohibidos los suministros de servicios y mercancías desde y hacia Crimea", anunció Arseni Yatseniuk, primer ministro ucraniano.


Precisó que la prohibición no es extensiva a objetos de uso personal, a algunas mercancías de primera necesidad y a la ayuda humanitaria.

En cuanto a los suministros de energía eléctrica a Crimea, Yatseniuk subrayó que podrán llevarse a cabo si son autorizados por el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania.


Recientemente, el corte del suministro de energía eléctrica a Crimea por parte de Ucrania dejó sin luz a cerca de dos millones de personas, casi la totalidad de población de la península, cuyas autoridades se vieron obligadas a declarar el estado de emergencia.


Ante el creciente descontento popular, Putin tuvo que intervenir personalmente en el asunto y adelantar varias semanas los planes de tendido de una red para suministrar electricidad al territorio.


La península no está unida por tierra con el resto de la Federación Rusa -el puente sobre el estrecho de Kerch no se construirá hasta dentro de tres años-, por lo que depende en gran medida de los suministros de Ucrania.


Por otra parte, Moscú también tiene previsto imponer un embargo a los productos procedentes de Ucrania debido a la decisión de ese país de sumarse a las sanciones económicas occidentales por la anexión de Crimea.


Uliukaev matizó que ese embargo también está directamente vinculado a la decisión de Ucrania y la UE de seguir adelante con sus planes de asociación ignorando la opinión de Rusia.


Precisamente, la decisión del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich de renunciar en noviembre de 2013 a la firma del Acuerdo de Asociación con la UE provocó una oleada de protestas que desembocaron a la postre en su derrocamiento en febrero de 2014.


Además, aún existe otro contencioso bilateral, ya que Moscú insiste en que Kiev le devuelva el crédito de 3.000 millones de dólares que le concedió después de que Yanukóvich decidiera dar la espalda a Bruselas.


El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, explicó hoy que Moscú estaba dispuesto a arreglar este asunto de manera amistosa, pero que ya "es imposible técnicamente" debido a la falta de tiempo.


Hace una semana Putin ordenó a su Gobierno que demande ante la justicia internacional a Ucrania si ese país no paga esos 3.000 millones.

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