El menú del banquete de los Premios Nobel, uno de los pocos secretos a descubrir en una cena marcada por la tradición, estuvo compuesto este año de rodaballo y ternera como ingredientes estrella.

El menú no se hace público hasta que los reyes suecos Carlos Gustavo y Silvia, el resto de la familia real, los galardonados y los invitados de honor entran en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo.

Los más de 1.300 comensales comenzaron la cena con rodaballo y vieira con verduras de mar, mantequilla avellana y huevas de albur. El banquete prosiguió con ternera asada con champiñones, apio nabo y manzana, zumo de apio nabo asado y pastel pithiviers de patatas. Y para los postres flor de cereza aromatizada con café y almendras.

Entre los vinos, un Champagne Taittinger Brut Millésimé 2008, un Château Mont-Redon Châteauneuf-du-Pape Rouge 2010 y un Castei Recioto della Valpolicella Classico 2008.

La composición corrió a cargo del chef Sayan Isaksson y del repostero Daniel Roos, quienes pusieron el acento en los ingredientes propios de Escandinavia, en un menú preparado durante cuatro días por más de 40 cocineros.

En el Salón Azul se instalaron 62 mesas, servidas por 260 camareros, vestidas con 500 metros de mantel de hilo, no menos de 7.000 piezas de porcelana, 5.400 vasos y copas y 10.000 cubiertos de plata.