Reabre uno de los cafés atacados en París

Cinco de los clientes de 'À la bonne bière' fallecieron en los ataques yihadistas que se cobraron 130 vidas.

El café parisiense 'À la bonne bière', cinco de cuyos clientes murieron en los atentados yihadistas del 13 de noviembre, que se cobraron un total de 130 vidas, reabrió con el empeño de recuperar la normalidad, entre clientes asiduos y copas de vino y cerveza.


Marine Kerdaffrec y sus compañeros estudiantes, con edades entre los 20 y los 22 años, vuelven a pedir el acostumbrado café en la pausa del mediodía entre clase y clase. "Este es nuestro café, y venir aquí hoy nos parecía simbólico", explica Marine.


'A la bonne bière', donde los yihadistas también hirieron a tres personas, es el primero, y de momento, el único de los lugares atacados en reabrir como acto de resistencia frente al terror.


"Todos en el café teníamos la voluntad de abrir rápidamente, de volver a levantarnos. Nos ha ayudado que nuestro personal no haya sido atacado y que los daños no hayan sido tan cuantiosos como en otros locales", apunta uno de sus responsables, Marc Eskenazi, de 58 años.


Solo ha necesitado una mano de pintura, y reemplazar algunos cristales y sillas, detalla. "Queremos demostrar que somos más fuertes que ellos. Este es un lugar de encuentro, intercambio y convivencia. Hemos querido borrar el estigma de esta pesadilla", apunta la gerente, Audrey Bily, aunque bajo el letrero permanece un impacto de bala.


Por lo demás, el café mantiene su espíritu, su decoración entre relajada y elegante, y continúa tan concurrido como antes, confirman los clientes.

Sylvain Ramsamy, de 72 años, ha venido para hacer frente al "oscurantismo" que los terroristas pretender imponer.


"La costumbre de los jóvenes de quedar en un bar en torno a una copa, como yo hacía también antes, de ir a bailar a los conciertos, de ir al estadio, es parte de nuestros valores, que tenemos que defender", afirma.

Mientras apura su tercer café, este cliente habitual, originario de Isla Mauricio, destaca que hay que "reconstruir la convivencia".


A la entrada del lugar, un cartel recuerda a las víctimas y agradece a bomberos, policías y ciudadanos el apoyo recibido. La placa en memoria a los fallecidos tendrá que esperar el consentimiento de las familias.

En el balcón del edificio, cuelga una pancarta con el lema "Je suis en terrase" (Estoy en la terraza) que se popularizó en las redes sociales para salir a bares y restaurantes y mostrar así la determinación de mantener el modo de vida francés.


Un memorial de flores y velas frente al café y, tras él, medio centenar de clientes y un ajetreo de camareros reflejan la sensación de los trabajadores del café.


"Intentamos conciliar el recuerdo con la vuelta a la normalidad, y los clientes, muchos de ellos habituales, nos han agradecido hoy que sigamos adelante", señala Eskenazi.


De vacaciones en París durante varios días, Bassam Hallak, australiano de 48 años de origen árabe, aguarda a sus amigos en uno de los sillones de terciopelo. "Tenía que tomarme un café hoy aquí en honor de los que perdieron la vida", asegura.


También les sabe a libertad la taza de café que degustan Clara, Flore y Pauline, estudiantes en un centro cercano, tras la "cólera e impotencia" que sintieron al conocer el ataque a este bar, del que destacan su ambiente "abierto".


En el barrio, herido de forma especial por los ataques a varios de sus locales de ocio, también los restaurantes están repletos a la hora del almuerzo y en las calles circula un continuo trasiego de viandantes.

A los pies del café una carta reza: "Vosotros, los que ya no estáis, nos animáis a vivir de nuevo".

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