La oposición de derecha gana las elecciones danesas, escrutado el 68% de los votos

El líder opositor, el liberal Lars Løkke Rasmussen, se perfila como el futuro primer ministro danés.

La oposición de derecha ganó este jueves las elecciones danesas con el 52,4 % frente al 47,3 % del bloque gubernamental de centroizquierda, escrutado el 68 % de los votos. La derecha obtendría 92 de los 179 escaños del Parlamento danés, dos por encima de la mayoría absoluta, por lo que no necesitaría esperar al resultado en los territorios autónomos de Groenlandia y las Islas Feroe, que eligen cuatro mandatos, como apuntaban los sondeos a pie de urna.


La fuerza más votada fue el Partido Socialdemócrata de la primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, con el 26,4 %, un punto y medio más que en 2011; seguido por el ultraconservador Partido Popular Danés, con el 21,5 %, nueve puntos más; y el Partido Liberal, que bajaría más de seis puntos hasta el 20,2 %.


El líder opositor, el liberal Lars Løkke Rasmussen, se perfila no obstante como el futuro primer ministro, ya que cuenta con el apoyo de todo el bloque de derecha, aunque deberá resolver la composición de un gobierno al que los "populares" aún no han revelado si apoyarán desde fuera o desde dentro.


Pese a la subida en los comicios, los socialdemócratas no pudieron compensar la caída de su socio menor en el gobierno, el Partido Social Liberal, que bajó del 9,5 % al 4,5 %; ni la del Partido Socialista Popular, que cayó cinco puntos hasta el 4,2 %. Ni el ascenso de la rojiverde Lista Unitaria, que se convierte en cuarta fuerza con el 8,1 %, ni la entrada en el Parlamento de La Alternativa, una nueva formación ecologista de centro, con el 4,2 %, fueron suficientes para mantener el poder logrado en 2011.


Aparte de la fulgurante subida de la derecha xenófoba, la oposición se benefició del buen resultado de Alianza Liberal, que sube del 5 al 7,3 %. El Partido Conservador, que en los ochenta llegó a liderar varios gobiernos, continúa la línea descendiente de la última década y logra un mínimo histórico del 3,4 %, un punto y medio peor que hace cuatro años.


Los demócrata cristianos, que no tenían representación parlamentaria, obtuvieron el 0,9 % y se quedan lejos de la barrera mínima del dos por ciento. La campaña ha estado marcado por temas como las reformas del Estado de bienestar y de los programas de desempleo, la política fiscal y los refugiados.


Cuando la primera ministra socialdemócrata, Helle Thorning-Schmidt, convocó elecciones, los sondeos aún daban una cómoda ventaja de hasta ocho puntos al bloque opositor, reflejo de una legislatura convulsa de un Gobierno en minoría que alcanzó cotas históricas de impopularidad por su política de recortes sociales.


Pero los escándalos personales del líder liberal, el ex primer ministro Lars Løkke Rasmussen; y el repunte de la situación económica hicieron posible que en apenas unos días esa ventaja se esfumase e incluso el centroizquierda se pusiese por delante, gracias también a la pujanza de La Alternativa.


Ante la posibilidad cierta de la remontada, Rasmussen recurrió en la última semana a la carta de la inmigración, en este caso centrada en los refugiados, el tema que ha dominado las campañas desde 2001 y que ha decantado los triunfos en los distintos comicios.