Más de 12 horas de secuestro

Sídney permanece en alerta desde primera hora de este lunes (hora local).

Un hombre armado tomó este lunes una cafetería del centro financiero de Sídney, donde mantiene cautivos desde hace más de doce horas a decenas de rehenes, en un acto con "motivaciones políticas", según el primer ministro australiano, Tony Abbott.


Las autoridades no han confirmado el número exacto de rehenes ni si los cinco que han podido salir del céntrico Lindt Chocolate Cafe fueron liberados o escaparon y tampoco se han pronunciado sobre las demandas del secuestrador, quien, según la prensa local, quiere hablar con Abbott y una bandera del yihadista Estado Islámico (EI).


Tampoco han informado de la identidad del secuestrador ni si tiene colaboradores y han evitado dar detalles de la negociación, al aducir que se trata de un operativo que continúa en marcha.


Las Fuerzas de Seguridad australianas se desplegaron por la ciudad después de que, a primera hora de la mañana (hora local), un hombre de unos 40 años tomara como rehenes a varias decenas de personas.


Policías y miembros de la brigada de desactivación de explosivos rodean el café, situado en la zona financiera Martin Place de la ciudad, donde el secuestrador mantiene cautivos a parte de la clientela y trabajadores.


Negociadores de la Policía australiana ha contactado en varias ocasiones y "de varias maneras" con el asaltante, y aseguran que persiguen resolver el secuestro de forma pacífica.


"Claramente un ataque de represalia es algo que no debe suceder. En este momento necesitamos que todos se calmen", dijo el comisionado de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione.


"Nuestro único objetivo esta noche y en lo que demore es hacer que esas personas que están actualmente atrapadas en ese edificio salgan a salvo", añadió el Scipione.


La Policía está centrada únicamente en la cafetería, en respuesta a rumores de que la Casa de la Ópera habría sido evacuada por el supuesto hallazgo de un explosivo.


La portavoz de la Policía de Nueva Gales del Sur, Catherine Burn, sí remarco que "no se tiene información de que alguna persona haya sido herida hasta el momento".


Las cadenas de televisión difundieron al inicio del asalto a dos rehenes sosteniendo contra una de las ventanas del local una bandera negra con un mensaje escrito en árabe que dice 'no hay otro Dios que Alá y Mahoma es su profeta', la 'sahada' o declaración de fe musulmana.


"Es profundamente estremecedor que gente inocente sea retenida como rehén por una persona que reivindica motivaciones políticas", dijo Abbott desde una comisaría donde sigue los progresos de la operación de rescate.


El primer ministro evitó en sus dos comparecencias hablar de ataque terrorista o del EI, aunque ha convocado dos veces al Comité Nacional de Seguridad del Gabinete para analizar la situación.


Un experto en seguridad, Greg Barton, dijo a la cadena local ABC, que la bandera negra en las últimas décadas "se ha utilizado letras blancas en pancartas negras para llamar a los grupos yihadistas a tomar las armas".


"La manera en que ha sido presentada, se parece a las pancartas que se han visto en Siria e Iraq, usadas por Jabhat al- Nusra. No es la bandera del EI, que tiene su propio logotipo, pero parece implicar una conexión con el EI", dijo el experto.


Los líderes islámicos de Australia condenaron el ataque, que coincide con la detención de un hombre por supuestos vínculos con organizaciones terroristas, también en Sídney.


En septiembre, las autoridades australianas elevaron la alerta terrorista a alto ante la posibilidad de ataques terroristas a cargo de una sola persona, pequeños grupos o grandes organizaciones.


Durante las últimas décadas, Australia ha mantenido una importante papel en las guerra de Iraq, la intervención en Afganistán tras los atentados del 11-S y la actual lucha contra el Estado Islámico en Siria e Irak.


Tales intervenciones y las amenazas de ataques islamistas en su territorio han provocado que el país endureciera este año sus leyes en materia de luchar antiterrorista.