​El nuevo presidente rumano promete centrarse en la lucha contra la corrupción

Iohannis tiene problemas pendientes con la Justicia que podrían inhabilitarlo como presidente.

"Hemos ganado. Hemos recuperado el país", escribió Iohannis en su página de Facebook
​El nuevo presidente rumano promete centrarse en la lucha contra la corrupción
Reuters

El liberal Klaus Iohannis reafirmó su promesa de luchar contra la corrupción tras imponerse por sorpresa el domingo en las elecciones presidenciales en Rumanía con el 54,66 por ciento de los votos frente al 45,34 % del primer ministro socialdemócrata Victor Ponta.


La victoria de este político de 55 años y miembro de la pequeña minoría alemana de Rumanía tumbó los sondeos de opinión que aseguraban la victoria a Ponta, quien se mantendrá ahora como jefe del Ejecutivo.


El presidente electo ha insistido en sus primeros mensajes en la lucha contra la corrupción y ha reclamado que el Parlamento rechace un proyecto de ley, propuesto por los socialdemócratas, que dificultaría que la Fiscalía anticorrupción investigue a los parlamentarios.


"Pido al Parlamento que mantenga su palabra y rechace mañana la ley de amnistía para dar así el visto bueno a todas las peticiones de investigación hechas por la Fiscalía anticorrupción", declaró hoy Iohannis en rueda de prensa.


Esa reforma beneficiaría también con una amnistía a los condenados por corrupción con penas de menos de tres años de cárcel.


El inesperado triunfo de Iohannis ha sido visto por algunos analistas como una reacción de la sociedad contra la corrupción crónica que sufre Rumanía.


"Es la primera vez que se manifiesta una sociedad civil motivada, consciente de la importancia del voto y que ha hecho una demostración pública contra la corrupción", dijo el politólogo Dumitru Bortun, que ve la victoria de Iohannis como el fin de la revolución que derrocó la dictadura comunista en 1989.


Iohannis se ha proclamado vencedor gracias a una participación del 64 por ciento, elevada en Rumanía, y al masivo apoyo del voto de los emigrantes.


"Los ciudadanos votaron contra un paradigma político que significa desprecio hacia ellos y que no tiene en cuenta los intereses de los rumanos", aseveró Bortun, que subrayó que también se produjo un voto "antiPonta".


Iohannis ha instado al Gobierno a depurar responsabilidades por el desarrollo del proceso electoral en el extranjero, donde miles de rumanos emigrados no pudieron votar a causa de la escasez de centros de recogida de votos.


Ese escándalo ha provocado varias manifestaciones contra el Ejecutivo de Ponta y ha obligado a dimitir al ministro de Exteriores.

A pesar de sus diferencias ideológicas, Iohannis ha prometido que mantendrá una relación cordial e institucional con el Gobierno y que se dejarán atrás los enfrentamientos entre Ponta y el presidente saliente, Traian Basescu.


La enemistad entre esos dos políticos ha enrarecido la vida política de Rumanía desde 2012.


"Demostraré que Rumanía es un socio serio, creíble y a largo plazo", dijo Iohannis.


Según los expertos, la victoria del político liberal ha evitado que Ponta y sus aliados acumulen demasiado poder, al controlar al mismo tiempo la Presidencia y el Gobierno.


Las atribuciones que la Constitución dan al presidente rumano van más allá de labores de representación, ya que tiene autoridad en política exterior y defensa, además de proponer al primer ministro y a los responsables del Tribunal Constitucional, la Fiscalía y los servicios secretos.


Al líder socialdemócrata se le critica su postura ambigua sobre la polémica ley de amnistía de corruptos, propuesta por su partido pero que él mismo ha rechazado.


Además, la mayoría gubernamental de centroizquierda bloquea en el Parlamento las investigaciones de la Fiscalía anticorrupción.

"Abajo el Gobierno", "La Fiscalía anticorrupción viene a por ti" vociferaron 10.000 personas que se manifestaron contra Ponta en la noche electoral.


Pero Iohannis también tiene problemas con la Justicia y está pendiente de una resolución judicial que dictamine si violó la normativa sobre incompatibilidad de cargos públicos cuando, en su época como alcalde de Sibiu, era también presidente de la empresa municipal de gestión del agua.


Si se determina que incumplió la norma, quedará inhabilitado para ejercer de presidente, en cuyo caso se tendrían que repetir las elecciones.