Los prorrusos ucranianos desoyen a Putin y siguen adelante con el referéndum

Los insurgentes prorrusos de la región ucraniana de Donetsk rechazan aplazar el referéndum.

Los insurgentes prorrusos de la región ucraniana de Donetsk rechazaron la petición del presidente de Rusia, Vladímir Putin, de aplazar el referéndum separatista convocado para el próximo domingo, con lo que prácticamente han cerrado la puerta al diálogo con el Gobierno de Kiev.


"No lo hemos decidido nosotros, lo ha decidido la población de Donetsk, que quiere manifestar su voluntad en las urnas", dijo en rueda de prensa el copresidente del consejo de la autoproclamada "República Popular de Donetsk (RPD)", Denis Pushilin, al anunciar la respuesta a la petición del jefe del Kremlin.


En una sala abarrotada de periodistas en la sede de la 'Administración estatal' de Donetsk, convertida desde hace más de un mes en el cuartel general de los prorrusos, Pushilin recalcó que los 78 miembros del consejo de la RPD se pronunciaron por seguir adelante con la consulta.


"Respetamos mucho al presidente Putin y le agradecemos sus esfuerzos mediadores, pero nosotros solo trasmitimos la voz del pueblo", recalcó el dirigente prorruso, quien aseguró que todo está preparado para la celebración del referéndum.


La pregunta de la consulta, impresa en la papeleta en ruso y en ucraniano, reza: '¿Respalda usted el acta de autonomía estatal de la República Popular de Donetsk?'.


También rechazaron la iniciativa de Putin los dirigente prorrusos de la vecina región de Lugansk, que convocaron para el mismo día 11 un referéndum de iguales características.


Según Miroslav Rudenko, uno de los copresidentes del "gobierno" de la 'República Popular de Donetsk', en caso de que el próximo domingo gane el "sí", en el futuro podría fundarse un nuevo Estado independiente, 'Novorrosia' (Nueva Rusia), con otras tres regiones ucranianas, Járkov, Odessa y Nikoláyev.


La iniciativa, ya fracasada, del presidente ruso sobre el aplazamiento de los referendos para propiciar el diálogo entre las regiones ucranianas rusohablantes y el Gobierno de Ucrania, desde un comienzo provocó suspicacias en Kiev.


En particular, porque se acompañaba de la exigencia de poner fin a las "operaciones punitivas" contra la población rusohablante, sublevada y bien armada, de las regiones surorientales de Ucrania.


"La autoridades ucranianas nunca han llevado a cabo operaciones de castigo", replicó hoy el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov.


El Gobierno de Kiev asegura que las tropas y las fuerzas de seguridad ucranianas actúan únicamente contra la milicias prorrusas que se ha hecho fuertes, principalmente, en el norte de la región de Donetsk y que han convertido en verdaderos bastiones las ciudades de Slaviansk y Kramatorsk.


"La autoridades ucranianas están dispuestas a dialogar y a llegar a acuerdos sobre el futuro de una Ucrania unida, pero ningún Estado civilizado negocia con delincuentes armados que tienen las manos manchadas de sangre", recalcó Turchínov.


El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania había advertido de que proseguirá la ofensiva contra los insurgentes prorrusos sublevados en el este del país independientemente de si aplazaban o no el referéndum separatista.


"La operación antiterrorista continuará independientemente de la decisión" que adopten, aseguró el secretario de ese organismo, Andréi Parubiy, para quien la sola idea de celebrar esa consulta popular "es una estafa política y una aventura" sin ninguna perspectiva.


Parubiy informó de que actualmente se está reagrupando a las tropas en el este del país y mostró su optimismo acerca de los resultados de la "operación antiterrorista" lanzada contra las milicias prorrusas.


Hoy mismo, las fuerzas gubernamentales retomaron el control del ayuntamiento de la ciudad de Mariupol, en el sur de la región de Donetsk, que había sido ocupado por activistas prorrusos.