Espionaje

EE.UU. se divide ante el caso de espionaje a Associated Press

La agencia de noticias Associated Press acusó a su gobierno de haber accedido a las llamadas de varios de sus reporteros durante dos meses.

El caso de espionaje sobre Associated Press ha provocado reacciones encontradas en el Gobierno de Estados Unidos. Mientras la Casa Blanca ha lanzado un comunicado defendiendo la libertad de prensa ante las acusaciones, el secretario de Justicia y fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, ha asegurado que "es una de las filtraciones más serias que ha visto".


Holder, aseguró que "es una de las dos o tres filtraciones más serias que he visto", dijo el secretario de Justicia, quien aseguró, además, que "puso en peligro a los ciudadanos de Estados Unidos" y requirió "medidas muy agresivas" para investigarla.


Holder aclaró que él se separó de la investigación del Departamento de Justicia desde el principio, por lo que desconoce los detalles del requerimiento que condujo a registrar las llamadas telefónicas de AP, el cual fue dirigido por el subsecretario de su Departamento, James Cole.


El fiscal general aseguró que, al apartarse de la investigación, él quiso "asegurarse de que fuese considerada independiente" y "evitar incluso la apariencia de un conflicto de intereses", a lo que sumó su continuo contacto con los medios.


De acuerdo con AP, los investigadores federales recopilaron información, sin advertirlo a la agencia, de al menos 20 de sus líneas telefónicas en abril y mayo de 2012 sobre las llamadas salientes desde sus oficinas en Nueva York, Washington y Hartford (Connecticut).


Ronald Machen, quien trabaja para el Departamento de Justicia en Washington, fue quien reveló a AP en una carta el pasado viernes que la fiscalía federal había obtenido los registros.


Según revelaron varios medios, Machen dirige una investigación sobre la filtración de información clasificada acerca de un complot de la red terrorista Al Qaeda que la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA) frustró el pasado año en Yemen, y cuyo objetivo era detonar una bomba dentro de un avión con destino Estados Unidos.


Un artículo de AP publicado la primavera pasada informó de los detalles de la operación, lo que dio origen, supuestamente, a la investigación para hallar el origen de la filtración.

Normalidad en la Casa Blanca

Por su parte la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que afirma que el presidente de EEUU, Barack Obama, es "un firme defensor de la libertad de prensa" y está a la espera de más información sobre la investigación del Departamento de Justicia en el trabajo de Associated Press.


El presidente "se enteró el lunes de las denuncias sobre acciones del Departamento de Justicia en relación con AP", afirmó el portavoz presidencial Jay Carney durante su rueda de prensa diaria.


"Cualquier comentario de nuestra parte es inapropiado en este momento", agregó, aunque indicó que "puedo decirles que el presidente cree, firmemente, que la prensa debe operar sin restricciones".


Ante las preguntas de los periodistas, el portavoz precisó que "el presidente cree en la libertad de prensa, pero también en la necesidad de proteger la seguridad nacional y evitar la filtración de información secreta que pueda dañarla".


Obama, añadió Carney, "cree que debe haber un equilibrio entre ese derecho fundamental de nuestra democracia, el ejercicio sin restricciones de la labor de los periodistas, y la obligación de proteger la seguridad nacional".