El país sufre una crisis alimentaria

La UE desbloquea los primeros 20 millones de ayuda anunciada para Malí

Francia continúa con los bombardeos en el norte del país, para "garantizar la seguridad" de las zonas liberadas, según el ministro de Defensa.

La aviación francesa ha seguido llevando a cabo bombardeos en torno a la zona de Aguelhok, en el norte de Malí y cerca de la frontera con Argelia, mientras que la 'Operación Serval' ha entrado en una nueva fase, la de "garantizar la seguridad" en las zonas liberadas, según ha informado este viernes el ministro de Defensa galo. Además la UE ha desbloqueado los primeros 20 millones de la ayuda prometida.


En su último parte sobre la operación que se lanzó el 11 de enero, el Ministerio ha informado de "cerca de 80 salidas" en la zona de Aguelhok, "una decena de las cuales han sido bombardeos aéreos que han permitido la destrucción de seis edificios y una zona de almacenamiento, así como un campamento de entrenamiento de los grupos terroristas".


Además, alrededor de 30 de estas salidas han sido dedicadas al transporte estratégico de los soldados franceses y su material. Francia cuenta en la actualidad con unos 4.000 efectivos desplegados en Malí, donde acudió en ayuda de su Gobierno ante el avance de los grupos islamistas desde el norte hacia Bamako.


Según Defensa, "en tierra, la 'Operación Serval' ha entrado en una nueva fase de garantizar la seguridad". Tras la toma de Tessalit la semana pasada, precisa el Ministerio, los soldados franceses, "en apoyo de las fuerzas malíes y en colaboración con las tropas africanas, están consolidando los dispositivos y ampliando su zona de control en torno a las principales ciudades del país".


Respecto a Gao, una de las principales ciudades del norte en la que el fin de semana se produjeron enfrentamientos con combatientes islamistas, el Ministerio de Defensa galo asegura que "la situación es de nuevo tranquila y está bajo control del Ejército malí y del batallón nigerino desplegado en la zona".


Para ello, se están llevando a cabo "numerosas patrullas mixtas" con el fin de garantizar la seguridad del puente y el aeropuerto e impedir "infiltraciones enemigas". En otras ciudades reconquistadas como Tessalit, Ménaka o Tombuctú, también se están llevando a cabo patrullas tanto dentro "como en los alrededores para reforzar la zona de control".


Una ayuda para restaurar la seguridad


La Comisión Europea ha informado este viernes de que ha desbloqueado los primeros 20 millones de euros de una ayuda total de 250 millones que la Unión Europea anunció la semana pasada como parte de la decisión de reanudar la ayuda al desarrollo con Malí.


El primer tramo de 20 millones se destinará principalmente a medidas para restaurar la seguridad y la protección de civiles, apoyar a las autoridades locales, promover el diálogo y las iniciativas para la reconciliación, contribuir a las primeras fases del proceso electoral y dar asistencia técnica a las autoridades para estabilizar Malí.


Los fondos serán canalizados a través de la colaboración entre agencias de los Estados miembros de la UE y otros socios internacionales, con el objetivo de permitir resultados lo más rápido posible.


La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, ha destacado que este paquete de ayuda a la estabilización es "una contribución más" de la UE a la plena recuperación de las autoridades del Estado.


"En las próximas semanas habrá nuevas decisiones de la UE para contribuir a los esfuerzos internacionales y ayudar al Gobierno malí y a la población a lograr la estabilidad a largo plazo, la seguridad y el desarrollo", ha añadido.


Coincidiendo con el primer pago de esta ayuda, el primer ministro de Malí, Diango Cissoko, visitará Bruselas este lunes, 18 de febrero, para reunirse con los máximos representantes de la Unión Europea, incluido el jefe del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, y varios de sus comisarios.


Se trata de la primera visita desde la intervención militar de Francia y es una prueba de la "voluntad política" de la Unión Europea por retomar el diálogo con el país africano y acompañarle en sus esfuerzos de estabilización, ha explicado en rueda de prensa un portavoz de Barroso.


Los desplazados se enfrentan a la escasez de alimentos 


Miles de niños desplazados debido se enfrentan a una escasez de alimentos, según advierte Save the Children, que reclama ayuda urgente para ayudar a las familias a hacer frente a esta nueva crisis humanitaria.


La ONG estima que 203.500 niños han dejado sus hogares en las regiones de Gao, Tombuctú y Kidal desde el comienzo del conflicto -hace un año- . La mitad de ellos están desplazados dentro del país y el resto busca refugio en países vecinos.


El director de Save the Children en Malí, Tom McCormack, ha explicado que los niños "han tenido que huir de sus hogares, aterrorizados, después de pasar hambre durante meses" e insiste en que "muchos están reduciendo sus comidas y algunos solo comen arroz".


"Aunque la violencia está disminuyendo en algunas áreas, la situación está lejos de estabilizarse. Los que vuelvan a casa lo tendrán muy difícil para reconstruir sus vidas y para los que además están afectados por la crisis alimentaria, el camino hacia la recuperación será muy largo", ha sentenciado McCormack.


Las familias desplazadas han hablado con personal de Save the Children sobre su lucha diaria por sobrevivir. "La comida es un problema, no tenemos dinero y por tanto no tenemos comida, solo como arroz y gachas y tengo hambre", cuenta Amanda, de 13 años. Zeinabou, de 44, tiene siete hijos: "solo tenemos arroz para comer, no podemos permitirnos comprar vegetales. Necesitamos comida con urgencia".


La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha alertado de la "urgente necesidad" de ayudar a los agricultores desplazados a regresar a sus tierras y reanudar la producción de alimentos, en vista de la próxima temporada agrícola de Malí, fijada para mayo.


El ministro malí de Agricultura, Baba Berthé, ha subrayado "la importancia de asistir a los agricultores" desplazados, que han visto una mejora en su situación y pueden regresar a sus hogares, así como "la necesidad de fortalecer la resistencia de los pequeños labriegos" en todo Malí.


"La primera estación de siembra en Malí comenzará en mayo", por lo que "a medida que la situación de seguridad evoluciona, la FAO, los organismos asociados y la comunidad internacional tiene que hacer todo lo posible para ayudar a los agricultores a regresar a su tierra", y "poder cultivar alimentos de nuevo", ha declarado el director general de la FAO, José Graziano da Silva. "Simplemente, Malí no puede permitirse el lujo de perder la siguiente estación de siembra", ha proseguido.