Colombia

Comienza un alto el fuego de las FARC entre la esperanza y el escepticismo

"Con una convicción absoluta en que el pueblo colombiano vencerá, vamos avanzando", ha dicho el miembro del Estado Mayor de las FARC.

El alto el fuego unilateral de las FARC comenzó este martes en Colombia entre la esperanza de alcanzar la paz tras casi 50 años de conflicto y el escepticismo del propio Gobierno, que duda de la guerrilla y reconoce la dificultad de verificar la tregua. 


El cese de hostilidades, anunciado el lunes en La Habana por el segundo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", comenzó a las cero horas de este martes (05.00 GMT) y se prolongará hasta el 20 de enero de 2013, lo que significa que habrá una tregua durante la Navidad.


En esta primera jornada, el Ejército informó de la explosión de minas al paso de un grupo de soldados en la localidad de Caloto, en el conflictivo departamento del Cauca, en el sureste, lo que desencadenó, al parecer, un intercambio de disparos.


Pero no se pudo confirmar si eso supuso violación del alto el fuego porque se desconoce si los explosivos estaban sembrados en el lugar o fueron activados por las FARC al paso de los uniformados.


El lunes, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dejó claro que el Gobierno no se suma a la tregua, anunciada por los insurgentes el mismo día en que comenzaron en la capital cubana las negociaciones formales de paz.


Y este martes reconoció que será "muy difícil" verificar el cumplimiento, porque, según sus palabras, "ese grupo terrorista de las FARC ha hecho uso de bandas criminales para, por intermedio de ellas, cometer algunos de sus actos".


"Entonces, eso de facto es un tema complicado", apuntó el ministro, para expresar en una entrevista con Caracol Radio que "ojalá lo cumplieran".


El titular de Defensa justificó su desconfianza en que son años "oyéndoles promesas, oyéndoles ofrecimientos (...), descubriendo las mentiras que han dicho; cuesta creerles".


La firme posición del Gobierno respecto al alto el fuego contrasta con la opinión de algunos críticos, que consideran debería ser recíproco, pero en general todos coinciden en que el anuncio de las FARC dota al proceso de paz de una mayor esperanza.


"Es una decisión que hay que recibir positivamente porque conlleva un desescalamiento del conflicto", afirmó el doctor en Ciencia Política y director del Centro de Investigación sobre Seguridad y Defensa de la Universidad Nacional de Colombia, Alejo Vargas.


Aún así, Vargas cree que "de ninguna manera obliga al Gobierno a una reciprocidad" y argumenta en ese sentido que en Colombia "hay una multiplicidad de violencias, lo que hace difícil a la fuerza pública aceptar un alto el fuego habiendo otros actores de violencia".


Se refirió así al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla colombiana, y a las bandas criminales dedicadas al narcotráfico y la extorsión, nacidas tras la desmovilización de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006.


En todo caso, según el experto en seguridad y conflicto, el alto el fuego de las FARC "es una buena muestra de compromiso con el proceso de paz y un acto de buena voluntad".


Pero el expresidente de la Corte Suprema Jaime Arrubla consideró que el Gobierno debería responder con "un gesto recíproco", una opinión que comparten, entre otros, la exsenadora y mediadora con las FARC en la liberación de secuestrados, Piedad Córdoba, y la presidenta del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA), Clara López.


Las FARC pusieron así en marcha su cuarto alto el fuego unilateral desde 1964, cuando se organizaron como defensores de los campesinos en respuesta a la desigualdad y al injusto reparto de la tierra, pero con los años terminaron usando el narcotráfico, el secuestro y la extorsión como fuente de financiación de su lucha armada.


Los anteriores ceses de hostilidades tuvieron lugar en 1985, durante el Gobierno de Belisario Betancur; en 1991, con César Gaviria en la Presidencia; y en 1999, con Andrés Pastrana; y en todos esos casos terminaron en fracaso por la falta de acuerdos con el Gobierno o por la simple violación de la promesa.


Este cuarto alto el fuego coincide con el inicio del tercer proceso formal de paz en Colombia, que comenzó el lunes en Cuba y por el que se busca el final definitivo del largo conflicto armado, el único activo en América.